PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA
AGEO
CAPITULOS
1 2
Ageo 1
1El año segundo del rey Darío, el día uno del sexto mes, fue dirigida
la palabra de Yahveh, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de
Sealtiel, gobernador de Judá, ya a Josué, hijo de
Yehosadaq, sumo sacerdote, en estos términos:
2Así dice Yahveh Sebaot: Este pueblo dice:
«¡Todavía no ha llegado el momento de reedificar la
Casa de Yahveh!»
3(Fue, pues, dirigida la palabra de Yahveh, por medio del profeta Ageo, en estos términos:)
4¿Es acaso para vosotros el momento de habitar en vuestras casas artesonadas, mientras esta Casa está en ruinas?
5Ahora pues, así dice Yahveh Sebaot: Aplicad vuestro corazón a vuestros caminos.
6Habéis sembrado mucho, pero cosecha poca; habéis comido, pero sin
quitar el hambre; habéis bebido, pero sin quitar la sed; os
habéis vestido, mas sin calentaros, y el jornalero ha metido su jornal
en bolsa rota.
7Así dice Yahveh Sebaot: Aplicad vuestro corazón a vuestros caminos.
8Subid a la montaña, traed madera, reedificad la Casa, y yo la
aceptaré gustoso y me sentiré honrado, dice Yahveh.
9Esperabais mucho, y bien poco es lo que hay. Y lo que metisteis en
casa lo aventé yo. ¿Por qué? - oráculo de Yahveh Sebaot - porque mi
Casa está en ruinas, mientras que vosotros vais aprisa cada uno a
vuestra casa.
10Por eso, por culpa vuestra, los cielos han negado la lluvia y la tierra ha negado su producto.
11Yo he llamado a la sequía sobre la tierra y sobre los montes, sobre
el trigo, el mosto y el aceite, sobre todo lo que produce el
suelo, sobre los hombres y el ganado, y sobre todo trabajo de manos.
12Zorobabel, hijo de Sealtiel, Josué, hijo de Yehosadaq, sumo
sacerdote, y todo el Resto del pueblo escucharon la voz de Yahveh, su
Dios, y las palabras del profeta Ageo, según la misión que Yahveh su
Dios le había encomendado, y temió el pueblo delante de Yahveh.
13Entonces Ageo, el mensajero de Yahveh, habló así al pueblo, en virtud
del mensaje de Yahveh: «Yo estoy con vosotros, oráculo de Yahveh.»
14Y movió Yahveh el espíritu de Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador
de Judá, el espíritu de Josué, hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote, y el
espíritu de todo el Resto del pueblo. Y vinieron y emprendieron la obra
en la Casa de Yahveh Sebaot, su Dios.
15Era el día veinticuatro del sexto mes.
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Ageo 2
1El año segundo del rey Darío, el día veintiuno del séptimo mes, fue
dirigida la palabra de Yahveh, por medio del profeta Ageo, en estos
términos:
2Habla ahora a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, a
Josué, hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, y di:
3¿Quién queda entre vosotros que haya visto esta Casa en su primer
esplendor? Y ¿qué es lo que veis ahora? ¿No es como nada a
vuestros ojos?
4¡Mas ahora, ten ánimo, Zorobabel, oráculo de Yahveh; ánimo, Josué,
hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote, ánimo, pueblo todo de la tierra!,
oráculo de Yahveh. ¡A la obra, que estoy yo con vosotros - oráculo de
Yahveh Sebaot -
5según la palabra que pacté con vosotros a vuestra salida
de Egipto, y en medio de vosotros se mantiene mi Espíritu: no
temáis!
6Pues así dice Yahveh Sebaot: Dentro de muy poco tiempo
sacudiré yo los cielos y la tierra, el mar y el suelo firme,
7sacudiré todas las naciones; vendrán entonces los tesoros de todas las
naciones, y yo llenaré de gloria esta Casa, dice Yahveh Sebaot.
8¡Mía es la plata y mío el oro! oráculo de Yahveh Sebaot.
9Grande será la gloria de esta Casa, la de la segunda mayor que la de
la primera, dice Yahveh Sebaot, y en este lugar daré yo paz, oráculo de
Yahveh Sebaot.
10El día veinticuatro del noveno mes, el año segundo de Darío, fue
dirigida la palabra de Yahveh al profeta Ageo en estos términos:
11Así dice Yahveh Sebaot: Pregunta a los sacerdotes sobre la Ley. Di:
12«Si alguien lleva carne sagrada en el halda de su vestido, y toca con
su halda pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida,
¿quedará ésta santificada?» Respondieron los sacerdotes y dijeron: «No.»
13Continuó Ageo: «Si alguien, que se ha hecho impuro por el contacto de
un cadáver, toca alguna de esas cosas, ¿ queda ella impura?»
Respondieron los sacerdotes y dijeron: «Sí, queda impura.»
14Entonces Ageo tomó la palabra y dijo: «Así es este pueblo, así esta
nación delante de mí, oráculo de Yahveh, así toda la labor de sus manos
y lo que ofrecen aquí: ¡impuro es!»
15Y ahora aplicad bien vuestro corazón, desde este día en adelante:
antes de poner piedra sobre piedra en el Templo de Yahveh,
16¿qué era de vosotros? Se venía a un montón de veinte medidas y no
había más que diez; se venía a la cava para sacar cincuenta cántaros y
no había más que veinte.
17Yo os herí con tizón, con añublo y con granizo en toda labor de
vuestras manos, y ninguno de vosotros se volvió a mí, oráculo de Yahveh.
18Aplicad, pues, vuestro corazón, desde este día en adelante (desde el
día veinticuatro del noveno mes, día en que se echaron los cimientos al
Templo de Yahveh, aplicad vuestro corazón):
19¿hay ahora grano en el granero? Pues si ni la vid ni la higuera ni el
granado ni el olivo producían fruto, desde este día yo daré bendición.
20La palabra de Yahveh fue dirigida por segunda vez a Ageo, el día veinticuatro del mes, en estos términos:
21Habla a Zorobabel, gobernador de Judá y di: Yo voy a sacudir los cielos y la tierra.
22Daré vuelta a los tronos de los reinos y destruiré el poder de los
reinos de las naciones, daré vuelta al carro y a los que montan en él,
y serán abatidos caballos y caballeros cada uno por la espada de su
hermano.
23Aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - te tomaré a ti, Zorobabel,
hijo de Sealtiel, siervo mío - oráculo de Yahveh - y te pondré como
anillo de sello, porque a ti te he elegido, oráculo de Yahveh Sebaot.
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