PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA





























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Proverbios 1
1Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:
2para aprender sabiduría e instrucción, para entender los discursos profundos,
3para alcanzar instrucción y perspicacia, - justicia, equidad y rectitud -,
4para enseñar a los simples la prudencia, a los jóvenes ciencia y reflexión,
5Que atienda el sabio y crecerá en doctrina, y el inteligente aprenderá a hacer proyectos.
6para descifrar proverbios y enigmas, los dichos de los sabios y sus adivinanzas.
7El temor de Yahveh es el principio de la ciencia; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
8Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no desprecies la lección de tu madre:
9corona graciosa son para tu cabeza y un collar para tu cuello.
10Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no vayas.
11Si te dicen: «¡Vente con nosotros, estemos al acecho para derramar sangre, apostémonos contra el inocente sin motivo alguno,
12devorémoslos vivos como el seol, enteros como los que bajan a la fosa!;
13¡hallaremos toda clase de riquezas, llenaremos nuestras casas de botín,
14te tocará tu parte igual que a nosotros, para todos habrá bolsa común!»:
15no te pongas, hijo mío, en camino con ellos, tu pie detén ante su senda,
16 porque sus pies corren hacia el mal y a derramar sangre se apresuran;
17pues es inútil tender la red a los ojos mismos de los pajarillos.
18Contra su propia sangre están acechando, apostados están contra sus propias vidas.
19Esa es la senda de todo el que se entrega a la rapiña: ella quita la vida a su propio dueño.
20La Sabiduría clama por las calles, por las plazas alza su voz,
21llama en la esquina de las calles concurridas, a la entrada de las puertas de la ciudad pronuncia sus    discursos:
22«¿Hasta cuándo, simples, amaréis vuestra simpleza y arrogantes os gozaréis en la arrogancia y necios tendréis odio a la ciencia?
23Convertíos por mis reprensiones: voy a derramar mi espíritu para vosotros, os voy a comunicar mis palabras.
24Ya que os he llamado y no habéis querido, he tendido mi mano y nadie ha prestado atención,
25habéis despreciado todos mis consejos, no habéis hecho caso de mis reprensiones;
26también yo me reiré de vuestra desgracia, me burlaré cuando llegue vuestro espanto,
27cuando llegue, como huracán, vuestro espanto, vuestra desgracia sobrevenga como torbellino, cuando os alcancen la angustia y la tribulación.
28Entonces me llamarán y no responderé, me buscarán y no me hallarán.
29Porque tuvieron odio a la ciencia y no eligieron el temor de Yahveh,
30no hicieron caso de mi consejo, ni admitieron de mí ninguna reprensión;
31comerán del fruto de su conducta, de sus propios consejos se hartarán.
32Su propio descarrío matará a los simples, la despreocupación perderá a los insensatos.
33Pero el que me escucha vivirá seguro, tranquilo, sin temor a la desgracia.»

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Proverbios 2
1Hijo mío, si das acogida a mis palabras, y guardas en tu memoria mis mandatos,
2prestando tu oído a la sabiduría, inclinando tu corazón a la prudencia;
3si invocas a la inteligencia y llamas a voces a la prudencia;
4si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas,
5entonces entenderás el temor de Yahveh y la ciencia de Dios encontrarás.
6Porque Yahveh es el que da la sabiduría, de su boca nacen la ciencia y la prudencia.
7Reserva el éxito para los rectos, es escudo para quienes proceden con entereza,
8vigila las sendas de la equidad y guarda el camino de sus amigos.
9Entonces entenderás la justicia, la equidad y la rectitud: todos los senderos del bien.
10Cuando entre la sabiduría en tu corazón y la ciencia sea dulce para tu alma,
11velará sobre ti la reflexión y la prudencia te guardará,
12apartándote del mal camino, del hombre que propone planes perversos,
13de los que abandonan el recto sendero para ir por caminos tenebrosos,
14de los que se gozan en hacer el mal, se regocijan en la perversidad,
15cuyos senderos son tortuosos y sus sendas llenas de revueltas.
16Ella te apartará de la mujer ajena, de la extraña de melosas palabras,
17que ha dejado al amigo de su juventud y ha olvidado la alianza de su Dios;
18su casa está inclinada hacia la muerte, hacia las sombras sus tortuosos senderos.
19Nadie que entre por ella volverá, no alcanzará las sendas de la vida.
20Por eso has de ir por el camino de los buenos, seguirás las sendas de los justos.
21Porque los rectos habitarán la tierra y los íntegros se mantendrán en ella;
22pero los malos serán cercenados de la tierra, se arrancará de ella a los desleales.

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Proverbios 3
1Hijo mío, no olvides mi lección, en tu corazón guarda mis mandatos,
2pues largos días y años de vida y bienestar te añadirán.
3La piedad y la lealtad no te abandonen; átalas a tu cuello, escríbelas en la tablilla de tu corazón.
4Así hallarás favor y buena acogida a los ojos de Dios y de los hombres.
5Confía en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia;
6reconócele en todos tus caminos y él enderezará tus sendas.
7No seas sabio a tus propios ojos, teme a Yahveh y apártate del mal:
8medicina será para tu carne y refrigerio para tus huesos.
9Honra a Yahveh con tus riquezas, con las primicias de todas tus ganancias:
10tus trojes se llenarán de grano y rebosará de mosto tu lagar.
11No desdeñes, hijo mío, la instrucción de Yahveh, no te dé fastidio su reprensión,
12porque Yahveh reprende a aquel que ama, como un padre al hijo querido.
13Dichoso el hombre que ha encontrado la sabiduría y el hombre que alcanza la prudencia;
14más vale su ganancia que la ganancia de plata, su renta es mayor que la del oro.
15Más preciosa es que las perlas, nada de lo que amas se le iguala.
16Largos días a su derecha, y a su izquierda riqueza y gloria.
17Sus caminos son caminos de dulzura y todas sus sendas de bienestar.
18Es árbol de vida para los que a ella están asidos, felices son los que la abrazan.
19Con la Sabiduría fundó Yahveh la tierra, consolidó los cielos con inteligencia;
20con su ciencia se abrieron los océanos y las nubes destilan el rocío.
21Hijo mío, guarda la prudencia y la reflexión, no se aparten nunca de tus ojos:
22serán vida para tu alma y adorno para tu cuello.
23Así irás tranquilo por tu camino y no tropezará tu pie.
24No tendrás miedo al acostarte, una vez acostado, será dulce tu sueño.
25No temerás el espanto repentino, ni cuando llegue la tormenta de los malos,
26porque Yahveh será tu tranquilidad y guardará tu pie de caer en el cepo.
27No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el hacérselo.
28No digas a tu prójimo: «Vete y vuelve, mañana te daré», si tienes algo en tu poder.
29No trames mal contra tu prójimo cuando se sienta confiado junto a ti.
30No te querelles contra nadie sin motivo, si no te ha hecho ningún mal.
31No envidies al hombre violento, ni elijas ninguno de sus caminos;
32porque Yahveh abomina a los perversos, pero su intimidad la tiene con los rectos.
33La maldición de Yahveh en la casa del malvado, en cambio bendice la mansión del justo.
34Con los arrogantes es también arrogante, otorga su favor a los pobres.
35La gloria es patrimonio de los sabios y los necios heredarán la ignominia.

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Proverbios 4
1Escuchad, hijos, la instrucción del padre, estad atentos para aprender inteligencia,
2porque es buena la doctrina que os enseño; no abandonéis mi lección.
3También yo fui hijo para mi padre, tierno y querido a los ojos de mi madre,
4El me enseñaba y me decía:  «Retén mis palabras en tu corazón, guarda mis mandatos y vivirás.
5Adquiere la sabiduría, adquiere la inteligencia, no la olvides, no te apartes de los dichos de mi boca.   
6No la abandones y ella te guardará, ámala y ella será tu defensa.
7El comienzo de la sabiduría es: adquiere la sabiduría, a costa de todos tus bienes adquiere la inteligencia.
8Haz acopio de ella, y ella te ensalzará; ella te honrará, si tú la abrazas;
9pondrá en tu cabeza una diadema de gracia, una espléndida corona será tu regalo».
10Escucha, hijo mío, recibe mis palabras, y los años de tu vida se te multiplicarán.
11En el camino de la sabiduría te he instruido, te he encaminado por los senderos de la rectitud.
12Al andar no se enredarán tus pasos, y si corres, no tropezarás.
13Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala, que es tu vida.
14No te metas por la senda de los perversos, ni vayas por el camino de los malvados.
15Evítalo, no pases por él, apártate de él, pasa adelante.
16Porque ésos no duermen si no obran el mal, se les quita el sueño si no han hecho caer a alguno.
17Es que su pan es pan de maldad, y vino de violencia es su bebida.
18La senda de los justos es como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día.
19Pero el camino de los malos es como tinieblas, no saben dónde han tropezado.
20Atiende, hijo mío, a mis palabras, inclina tu oído a mis razones.
21No las apartes de tus ojos, guárdalas dentro de tu corazón. 
22Porque son vida para los que las encuentran, y curación para toda carne.
23Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida.
24Aparta de ti la falsía de la boca y el enredo de los labios arrójalo de ti.
25Miren de frente tus ojos, tus párpados derechos a lo que está ante tí.
26Tantea bien el sendero de tus pies y sean firmes todos tus caminos.
27No te tuerzas ni a derecha ni a izquierda, aparta tu pie de la maldad.


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Proverbios 5
1Presta, hijo mío, atención a mi sabiduría, aplica tu oído a mi prudencia,
2para que guardes tú la reflexión y tus labios conserven la ciencia. No hagas caso de la mujer perversa,
3pues miel destilan los labios de la extraña, su paladar es más suave que el aceite;
4pero al fin es amarga como el ajenjo, mordaz como espada de dos filos.
5Sus pies descienden a la muerte, sus pasos se dirigen al seol.
6Por no seguir la senda de la vida, se desvía por sus vericuetos sin saberlo.
7Así pues, hijo mío, escúchame, no te apartes de los dichos de mi boca:
8aleja de ella tu camino, no te acerques a la puerta de su casa;
9no sea que ella dé tu honor a otro y tus años a un hombre cruel;
10no se harten de tus bienes los extraños, ni paren tus fatigas en casa del extranjero;
11no sea que gimas a la postre cuando tu cuerpo y tu carne se consuman,
12y digas: «Ay de mí, que he odiado la instrucción, mi corazón ha despreciado los reproches,
13no he escuchado la voz de mis maestros ni he prestado oídos a los que me instruían.
14A punto he estado de cualquier desgracia, en medio de la asamblea y la comunidad.»
15Bebe el agua de tu cisterna, la que brota de tu pozo.
16¿Se van a desbordar por fuera tus arroyos, las corrientes de agua por las plazas?
17Que sean para ti solo, no para que las beban contigo los extraños.
18- Sea tu fuente bendita. Gózate en la mujer de tu mocedad,
19cierva amable, graciosa gacela: embriáguente en todo tiempo sus amores, su amor te apasione para siempre.
20¿Por qué apasionarte, hijo mío, de una ajena, abrazar el seno de una extraña?
21Pues los caminos del hombre están en la presencia de Yahveh, él vigila todos sus senderos.
22El malvado será presa de sus propias maldades, con los lazos de su pecado se le capturará.
23Morirá por su falta de instrucción, por su gran necedad se perderá.

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Proverbios 6
1Si has salido, hijo mío, fiador de tu prójimo, si has chocado tu mano con un extraño,
2si te has obligado con las palabras de tu boca, si de la palabra de tu boca te has dejado prender,
3haz esto, hijo mío, para quedar libre, pues has caído en manos de tu prójimo: Vete, póstrate, importuna a tu prójimo;
4no concedas a tus ojos sueño ni a tus párpados reposo;
5líbrate, como la gacela del lazo, como el pájaro de la mano del pajarero.
6Vete donde la hormiga, perezoso, mira sus andanzas y te harás sabio.
7Ella no tiene jefe, ni capataz, ni amo;
8asegura en el verano su sustento, recoge su comida al tiempo de la mies.
9¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿cuándo te levantarás de tu sueño?
10Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos cruzados;
11y llegará como vagabundo tu miseria y como un mendigo tu pobreza.
12Un malvado, un hombre inicuo, anda con la boca torcida,
13guiña el ojo, arrastra los pies, hace señas con los dedos.
14Torcido está su corazón, medita el mal, pleitos siembra en todo tiempo.
15Por eso vendrá su ruina de repente, de improviso quebrará, y no habrá remedio.
16Seis cosas hay que aborrece Yahveh, y siete son abominación para su alma:
17ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente,
18corazón que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia el mal,
19testigo falso que profiere calumnias, y el que siembra pleitos entre los hermanos.
20Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre.
21Tenlos atados siempre a tu corazón, enlázalos a tu cuello;
22en tus pasos ellos serán tu guía; cuando te acuestes, velarán por ti; conversarán contigo al despertar.
23Porque el mandato es una lámpara y la lección una luz; camino de vida los reproches y la instrucción,
24para librarte de la mujer perversa, de la lengua suave de la extraña.
25No codicies su hermosura en tu corazón, no te cautive con sus párpados,
26porque un mendrugo de pan basta a la prostituta, pero la casada va a la caza de una vida preciosa.
27¿Puede uno meter fuego en su regazo sin que le ardan los vestidos?
28¿Puede uno andar sobre las brasas sin que se le quemen los pies?
29Así le pasa al que se llega a la mujer del prójimo: no saldrá ileso ninguno que la toque.
30No se desprecia al ladrón cuando roba para llenar su estómago, porque tiene hambre.
31Mas, si le sorprenden, paga el séptuplo, tiene que dar todos los bienes de su casa.
32Pero el que hace adulterar a una mujer es un mentecato; un suicida es el que lo hace;
33encontrará golpes y deshonra y su vergüenza no se borrará.
34Porque los celos enfurecen al marido. y no tendrá piedad el día de la venganza.
35No hará caso de compensación alguna;  aunque prodigues regalos, no aceptará.

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Proverbios 7
1Guarda, hijo mío, mis palabras, conserva como un tesoro mis mandatos.
2Guarda mis mandamientos y vivirás; sea mi lección como la niña de tus ojos.
3Átalos a tus dedos, escríbelos en la tablilla de tu corazón. 
4Dile a la sabiduría: «Tú eres mi hermana», llama pariente a la inteligencia,
5para que te guarde de la mujer ajena, de la extraña de palabras melosas.
6Estaba yo a la ventana de mi casa y miraba a través de las celosías,
7cuando ví, en el grupo de los simples, distinguí entre los muchachos a un joven falto de    juicio:
8pasaba por la calle, junto a la esquina donde ella vivía, iba camino de su casa,
9al atardecer, ya oscurecido, en lo negro de la noche y de las sombras.
10De repente, le sale al paso una mujer, con atavío de ramera y astucia en el corazón.
11Es alborotada y revoltosa, sus pies nunca paran en su casa.
12Tan pronto en las calles como en las plazas, acecha por todas las esquinas.
13Ella lo agarró y lo abrazó, y desvergonzada le dijo:
14«Tenía que ofrecer un sacrificio de comunión y hoy he cumplido mi voto;
15por eso he salido a tu encuentro para buscarte en seguida; y va te he encontrado.
16He puesto en mi lecho cobertores policromos, lencería de Egipto,
17con mirra mi cama he rociado, con áloes y cinamomo.
18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana, solacémonos los dos, entre caricias.
19Porque no está el marido en casa, está de viaje muy lejos;
20ha llevado en su mano la bolsa del dinero, volverá a casa para la luna llena.»
21Con sus muchas artes lo seduce, lo rinde con el halago de sus labios.
22Se va tras ella en seguida, como buey al matadero, como el ciervo atrapado en el cepo,
23hasta que una flecha le atraviese el hígado; como pájaro que se precipita en la red, sin saber que le va en ello la vida.
24Ahora pues, hijo mío, escúchame, pon atención a las palabras de mi boca:
25no se desvíe tu corazón hacia sus caminos, no te descarríes por sus senderos,
26porque a muchos ha hecho caer muertos, robustos eran todos los que ella mató.
27Su morada es camino del seol, que baja hacia las cámaras de la muerte.

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Proverbios 8
1¿No está llamando la Sabiduría? y la Prudencia, ¿no alza su voz?
2En la cumbre de las colinas que hay sobre el camino, en los cruces de sendas se detiene;
3junto a las puertas, a la salida de la ciudad, a la entrada de los portales, da sus voces:
4«A vosotros, hombres, os llamo, para los hijos de hombre es mi voz.
5Entended, simples, la prudencia y vosotros, necios, sed razonables.
6Escuchad: voy a decir cosas importantes y es recto cuanto sale de mis labios.
7Porque verdad es el susurro de mi boca y mis labios abominan la maldad.
8Justos son todos los dichos de mi boca, nada hay en ellos astuto ni tortuoso.
9Todos están abiertos para el inteligente y rectos para los que la ciencia han encontrado.
10Recibid mi instrucción y no la plata, la ciencia más bien que el oro puro.
11Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas, ninguna cosa apetecible se le puede igualar.
12«Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia, yo he inventado la ciencia de la reflexión.
13(El temor de Yahveh es odiar el mal.) La soberbia y la arrogancia y el camino malo y la boca torcida yo aborrezco.
14Míos son el consejo y la habilidad, yo soy la inteligencia, mía es la fuerza.
15Por mí los reyes reinan y los magistrados administran la justicia.
16Por mí los príncipes gobiernan y los magnates, todos los jueces  justos.
17Yo amo a los que me aman y los que me buscan me encontrarán.
18Conmigo están la riqueza y la gloria, la fortuna sólida y la justicia.
19Mejor es mi fruto que el oro, que el oro puro, y mi renta mejor que la plata acrisolada.
20Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad,
21para repartir hacienda a los que me aman y así llenar sus arcas.»
22«Yahveh me creó, primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas.
23Desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la tierra.
24Cuando no existían los abismos fui engendrada, cuando no había fuentes cargadas de agua.
25Antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas, fui engendrada.
26No había hecho aún la tierra ni los campos, ni el polvo primordial del orbe.
27Cuando asentó los cielos, allí estaba yo, cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo,
28cuando arriba condensó las nubes, cuando afianzó las fuentes del abismo,
29cuando al mar dio su precepto - y las aguas no rebasarán su orilla - cuando asentó los cimientos de la tierra,
30yo estaba allí, como arquitecto, y era yo todos los días su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo,
31jugando por el orbe de su tierra; y mis delicias están con los hijos de los hombres.»
32«Ahora pues, hijos, escuchadme, dichosos los que guardan mis caminos.
33Escuchad la instrucción y haceos sabios, no la despreciéis.
34Dichoso el hombre que me escucha velando ante mi puerta cada día, guardando las jambas de mi entrada.
35Porque el que me halla, ha hallado la vida, ha logrado el favor de Yahveh.
36Pero el que me ofende, hace daño a su alma; todos los que me odian, aman la muerte.»

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Proverbios 9
1La Sabiduría ha edificado una casa, ha labrado sus siete columnas,
2ha hecho su matanza, ha mezclado su vino, ha aderezado también su mesa.
3Ha mandado a sus criadas y anuncia en lo alto de las colinas de la ciudad:
4«Si alguno es simple, véngase acá.» Y al falto de juicio le dice:
5«Venid y comed de mi pan, bebed del vino que he mezclado;
6dejaos de simplezas y viviréis, y dirigíos por los caminos de la inteligencia.»
7El que corrige al arrogante se acarrea desprecio, y el que reprende al malvado, insultos.
8No reprendas al arrogante, porque te aborrecerá; reprende al sabio, y te amará.
9Da al sabio, y se hará más sabio todavía; enseña al justo, y crecerá su doctrina.
10Comienzo de la sabiduría es el temor de Yahveh, y la ciencia de los santos es inteligencia.
11Pues por mí se multiplicarán tus días y se aumentarán los años de tu vida.
12Si te haces sabio, te haces sabio para tu provecho, y si arrogante, tú solo lo tendrás que pagar.
13La mujer necia es alborotada, todo simpleza, no sabe nada.
14Se sienta a la puerta de su casa, sobre un trono, en las colinas de la ciudad,
15para llamar a los que pasan por el camino, a los que van derechos por sus sendas:
16«Si alguno es simple, véngase acá» y al falto de juicio le dice:
17«Son dulces las aguas robadas y el pan a escondidas es sabroso.»
18No sabe el hombre que allí moran las Sombras; sus invitados van a los valles del seol.

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Proverbios 10
1 Proverbios de Salomón.  El hijo sabio es la alegría de su padre, el hijo necio entristece a su madre.
2Tesoros mal adquiridos no aprovechan, mas la justicia libra de la muerte.
3Yahveh no permite que el justo pase hambre, pero rechaza la codicia de los malos.
4Mano indolente empobrece, la mano de los diligentes enriquece.
5Amontonar en verano es de hombre sensato, dormirse en la cosecha es de hombre indigno.
6Bendiciones sobre la cabeza del justo; pero la boca de los impíos rezuma violencia.
7El recuerdo del justo sirve de bendición; el nombre de los malos se pudre.
8El sensato de corazón acepta los mandatos, el hombre charlatán corre a su ruina.
9Quien va a derecho, va seguro, quien va con rodeos es descubierto.
10El que guiña de ojos, dará disgustos, quien reprende a la cara, proporciona paz.
11Manantial de vida la boca del justo; la boca de los impíos rezuma violencia.
12El odio provoca discusiones, el amor cubre todas las faltas.
13En labios del inteligente se encuentra sabiduría, palo a las espaldas del falto de seso.
14Los sabios atesoran conocimiento, la boca del necio es ruina inmediata.
15La fortuna del rico es su plaza fuerte, la ruina de los débiles es su pobreza.
16El salario del justo es para vivir, la renta del malo es para pecar.
17Camina hacia la vida el que guarda las instrucciones; quien desatiende la reprensión se extravía.
18Los labios mentirosos disimulan el odio; quien profiere una calumnia es un necio.
19En las muchas palabras no faltará pecado; quien reprime sus labios es sensato.
20Plata elegida es la lengua del justo, el corazón de los malos vale poco.
21Los labios del justo apacientan a muchos, los insensatos mueren en su falta de seso.
22La bendición de Yahveh es la que enriquece, y nada le añade el trabajo a que obliga.
23Como un juego es para el necio cometer el crimen, la sabiduría lo es para el hombre inteligente.
24Lo que teme el malo, eso le sucede, lo que el justo desea, se le da.
25Cuando pasa la tormenta, ya no existe el malo, mas el justo es construcción eterna.
26Vinagre para los dientes y humo para los ojos: así es el perezoso para quien lo envía.
27El temor de Yahveh prolonga los días, los años de los malos son acortados.
28La espera de los justos es alegría, la esperanza de los malos fracasará.
29Fortaleza es para el íntegro la senda de Yahveh; pero ruina para los malhechores.
30Jamás el justo será conmovido, pero los malos no habitarán la tierra.
31La boca del justo da frutos de sabiduría, la lengua perversa será cortada.
32Los labios del justo saben de benevolencia; la boca de los malos, de perversidad.

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Proverbios 11
1Abominación de Yahveh la balanza falsa, pero el peso justo gana su favor.
2Detrás de la insolencia viene el insulto; mas con los modosos está la sabiduría.
3A los rectos su integridad les guía; a los pérfidos les arruina su perversidad.
4Nada servirán riquezas el día de la ira, mas la justicia libra de la muerte.
5A los íntegros su justicia les allana el camino, pero el malo cae en su malicia.
6A los rectos les salva su justicia, los pérfidos en su codicia son atrapados.
7En la muerte del malo se esfuma su esperanza, la confianza en las riquezas se desvanece.
8El justo es librado de la angustia, y el malo viene a ocupar su lugar.
9Con la boca el impío pierde a su vecino, por la ciencia se libran los justos.
10Con el bien de los justos la ciudad se regocija, con la perdición de los malos grita de alegría.
11Con la bendición de los rectos, se levanta la ciudad; la boca de los malos la destruye.
12Quien desprecia a su vecino es un insensato; el hombre discreto se calla.
13El que anda calumniando descubre secretos, el de espíritu leal oculta las cosas.
14Donde no hay buen gobierno, el pueblo se hunde; abundancia de consejeros, trae salvación.
15El mal se busca quien avala al desconocido, quien no es amigo de chocar la mano está seguro.
16Mujer graciosa consigue honor, y los audaces consiguen la riqueza.
17A sí mismo se beneficia el que es compasivo, a sí mismo se perjudica el hombre cruel.
18El malo consigue un jornal falso; el que siembra justicia, un salario verdadero.
19Al que establece justicia, la vida, al que obra el mal, la muerte.
20A los de corazón torcido abomina Yahveh; a los de camino intachable da su favor.
21De cierto que el malo no quedará impune, mas la raza de los justos quedará a salvo.
22Anillo de oro en nariz de un puerco, mujer hermosa pero sin gusto.
23El deseo de los justos es sólo el bien, la esperanza de los malos, la ira.
24Hay quien gasta y todavía va a más; y hay quien ahorra en demasía sólo para venir a menos.
25El alma generosa será colmada, y el que sacia a otro la sed, también será saciado.
26El pueblo maldice al que acapara trigo; bendición para la cabeza del que vende.
27Quien busca el bien, se procura favor, quien va tras el mal, le saldrá al encuentro.
28Quien confía en su riqueza, ése caerá, los justos brotarán como follaje.
29Quien desordena su casa, hereda viento, el insensato será esclavo del sabio.
30El fruto del justo es un árbol de vida; cautivador de las almas es el sabio.
31Si el justo recibe su recompensa en la tierra, ¡cuánto más el pecador y el malo!

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Proverbios 12
1El que ama la instrucción ama la ciencia, el que odia la reprensión es tonto.
2El bueno obtiene el favor de Yahveh; pero él condena al hombre taimado.
3Nadie se afianza por la maldad, la raíz de los justos no vacilará.
4Mujer virtuosa, corona del marido, mujer desvergonzada, caries en los huesos.
5Las intenciones de los justos son equidad, los planes de los malos, son engaño.
6Las palabras de los malos son trampas sangrientas, pero a los rectos su boca los pone a salvo.
7Derribados los malos, no existen ya más, mas la casa de los justos permanece.
8Se alaba al hombre según su prudencia, el de corazón torcido será despreciado.
9Más vale hombre sencillo que tiene un esclavo, que hombre glorioso a quien falta el pan.
10El justo se cuida de su ganado, pero las entrañas de los malos son crueles.
11Quien cultiva su tierra se hartará de pan, quien persigue naderías es un insensato.
12El placer del impío está en la maquinación de los malvados, pero la raíz de los justos producirá.
13En el delito de los labios hay una trampa fatal, pero el justo saldrá de la angustia.
14Por el fruto de su boca, se harta de bien el hombre, cada cual recibe el salario de sus obras.
15El necio tiene por recto su camino, pero el sabio escucha los consejos.
16El necio, al momento descubre su pena, el prudente oculta la ignominia.
17Quien declara la verdad, descubre la justicia; el testigo mentiroso, la falsedad.
18Quien habla sin tino, hiere como espada; mas la lengua de los sabios cura.
19Los labios sinceros permanecen por siempre, la lengua mentirosa dura un instante.
20Fraude en el corazón de quien trama el mal; gozo para los que aconsejan paz.
21Ninguna desgracia le sucede al justo, pero los malos están llenos de miserias.
22Los labios mentirosos abomina Yahveh; los que practican la verdad alcanzan su favor.
23El hombre cauto oculta su ciencia, el corazón del insensato proclama su necedad.
24La mano diligente obtiene el mando; la flojedad acaba en trabajos forzados.
25Ansiedad en el corazón deprime al hombre, pero una palabra buena le causa alegría.
26El justo enseña el camino a su prójimo, el camino de los malos los extravía.
27El indolente no pone a asar su caza; la diligencia es la mejor fortuna del hombre.
28En la senda de la justicia está la vida; el camino de los rencorosos lleva a la muerte.

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Proverbios 13
1El hijo sabio atiende a la instrucción de su padre, el arrogante no escucha la reprensión.
2Con el fruto de su boca, come el hombre lo que es bueno, pero el alma de los pérfidos se nutre de violencia.
3Quien vigila su boca, guarda su vida; quien abre sus labios, busca su ruina.
4Tiene hambre el perezoso, mas no se cumple su deseo; el deseo de los diligentes queda satisfecho.
5El justo odia la palabra mentirosa, pero el malo infama y deshonra.
6La justicia guarda al íntegro en su camino, mas la maldad arruina al pecador.
7Hay quien se hace el rico y nada tiene, hay quien se hace el pobre y tiene gran fortuna.
8El precio de la vida de un hombre es su riqueza; pero el pobre no hace caso a la amenaza.
9La luz de los justos alegremente luce, la lámpara de los malos se apaga.
10La insolencia sólo disputas proporciona; con los que admiten consejos está la sabiduría.
11Fortuna rápida, vendrá a menos, quien junta poco a poco, irá en aumento.
12Espera prolongada enferma el corazón; árbol de vida es el deseo cumplido.
13Quien desprecia la palabra se perderá, quien respeta el mandato se salvará.
14La lección del sabio es fuente de vida, para sortear las trampas de la muerte.
15Una gran prudencia alcanza favor, el camino de los pérfidos no tiene fin,
16Todo hombre cauto obra con conocimiento, el tonto ostenta su necedad.
17Mensajero perverso cae en desgracia, mensajero leal trae la curación.
18Miseria e ignominia al que rechaza la instrucción, gloria al que acepta la reprensión.
19Deseo cumplido, dulzura para el alma, los necios detestan abandonar el mal.
20El que anda con los sabios será sabio; quien frecuenta los necios se hará malo.
21A los pecadores los persigue la desgracia, los justos son colmados de dicha.
22El hombre de bien deja herencia a los hijos de sus hijos, al justo se reserva la riqueza del pecador.
23Las roturas de los pobres dan mucho de comer; pero hay perdición cuando falta justicia.
24Quien escatima la vara, odia a su hijo, quien le tiene amor, le castiga.
25Come el justo y queda satisfecho, pero el vientre de los malos pasa necesidad.

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Proverbios 14
1La Sabiduría edifica su casa; le Necedad con sus manos la destruye.
2Quien anda en rectitud, teme a Yahveh; el de torcido camino le desprecia.
3En la boca del necio hay una raíz de orgullo, pero los labios de los sabios los protegen.
4Donde no hay bueyes, pesebre vacío; cosecha abundante con la fuerza del toro.
5Testigo veraz no miente, testigo falso respira mentiras.
6Busca el arrogante la sabiduría pero en vano, al inteligente la ciencia le es fácil.
7Apártate del hombre necio, pues no conocerías labios doctos.
8Sabiduría del cauto es atender a su conducta, la necedad de los tontos es engaño.
9De los necios se aparta el sacrificio expiatorio, pero entre los rectos se encuentra el favor de Dios.
10El corazón conoce su propia amargura, y con ningún extraño comparte su alegría.
11La casa de los malos será destruida, la tienda de los rectos florecerá.
12Hay caminos que parecen rectos, pero, al cabo, son caminos de muerte.
13También en el reír padece el corazón, y al cabo la alegría es dolor.
14El perverso de corazón está satisfecho de su conducta, y el hombre de bien, de sus obras.
15El simple cree cuanto se dice, el cauto medita sus propios pasos.
16El sabio teme el mal y de él se aparta, el necio es presuntuoso y confiado.
17El de genio pronto, hace necedades, el hombre artero es odiado.
18La herencia de los simples es la necedad, los cautos son coronados de ciencia.
19Los malos se postran ante los buenos, los malvados a la puerta de los justos.
20Incluso a su vecino es odioso el pobre, pero son muchos los amigos del rico.
21Quien desprecia a su vecino comete pecado; dichoso el que tiene piedad de los pobres.
22¿No andan extraviados los que planean el mal?; amor y lealtad a los que planean el bien.
23Todo trabajo produce abundancia, la charlatanería sólo indigencia.
24Corona de los sabios es la riqueza, la necedad de los insensatos es necedad.
25Salvador de vidas es el testigo veraz, quien profiere mentira es un impostor.
26El temor de Yahveh es seguridad inexpugnable; sus hijos tendrán en él refugio.
27El temor de Yahveh es fuente de vida, para apartarse de las trampas de la muerte.
28Pueblo numeroso, gloria del rey; pueblo escaso, ruina del príncipe.
29El tardo a la ira tiene gran prudencia, el de genio pronto pone de manifiesto su necedad
30El corazón manso es vida del cuerpo; la envidia es caries de los huesos.
31Quien oprime al débil, ultraja a su Hacedor; mas el que se apiada del pobre, le da gloria.
32El malo es derribado por su propia malicia, el justo en su integridad halla refugio.
33En corazón inteligente descansa la sabiduría, en el corazón de los necios no es conocida.
34La justicia eleva a las naciones, el pecado es la vergüenza de los pueblos.
35El favor del rey para el siervo prudente; y su cólera para el que le avergüenza.

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Proverbios 15
1Una respuesta suave calma el furor, una palabra hiriente aumenta la ira.
2La lengua de los sabios hace agradable la ciencia, la boca de los insensatos esparce necedad.
3En todo lugar, los ojos de Yahveh, observando a los malos y a los buenos.
4Lengua mansa, árbol de vida, lengua perversa rompe el alma.
5El tonto desprecia la corrección de su padre; quien sigue la reprensión es cauto.
6La casa del justo abunda en riquezas, en las rentas del malo no falta inquietud.
7Los labios de los sabios siembran ciencia, pero no así el corazón de los necios.
8Yahveh abomina el sacrificio de los malos; la oración de los rectos alcanza su favor.
9Yahveh abomina el camino malo; y ama al que va tras la justicia.
10Corrección severa a quien deja el camino; el que odia la reprensión perecerá.
11Seol y Perdición están ante Yahveh: ¡cuánto más los corazones de los hombres!
12El arrogante no quiere ser reprendido, no va junto a los sabios.
13Corazón alegre hace buena cara, corazón en pena deprime el espíritu.
14Corazón inteligente busca la ciencia, los labios de los necios se alimentan de necedad.
15Todos los días del pobre son malos, para el corazón dichoso, banquetes sin fin.
16Mejor es poco con temor de Yahveh, que gran tesoro con inquietud.
17Más vale un plato de legumbres, con cariño, que un buey cebado, con odio.
18El hombre violento provoca disputas, el tardo a la ira aplaca las querellas.
19El camino del perezoso es como un seto de espinos. la senda de los rectos es llana.
20El hijo sabio es la alegría de su padre, el hombre necio desprecia a su madre.
21La necedad alegra al insensato, el hombre inteligente camina en derechura.
22Donde no hay consultas, los planes fracasan; con muchos consejeros, se llevan a cabo.
23El hombre halla alegría en la respuesta de su boca; una palabra a tiempo, ¡qué cosa más buena!
24Camino de la vida, hacia arriba, para el sabio, para que se aparte del seol, que está abajo.
25La casa de los soberbios la destruye Yahveh, y mantiene en pie los linderos de la viuda.
26Yahveh abomina los proyectos perversos; pero son puras las palabras agradables.
27Quien se da al robo, perturba su casa, quien odia los regalos, vivirá.
28El corazón del justo recapacita para responder, la boca de los malos esparce maldades.
29Yahveh se aleja de los malos, y escucha la plegaria de los justos.
30Una mirada luminosa alegra el corazón, una buena noticia reanima el vigor.
31Oído que escucha reprensión saludable, tiene su morada entre los sabios.
32Quien desatiende la corrección se desprecia a sí mismo, quien escucha la reprensión adquiere sensatez.
33El temor de Yahveh instruye en sabiduría: y delante de la gloria va la humildad.

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Proverbios 16
1Al hombre, los planes del corazón; pero de Yahveh, la respuesta.
2Al hombre le parecen puros todos sus caminos, pero Yahveh pondera los espíritus.
3Encomienda tus obras a Yahveh y tus proyectos se llevarán a cabo.
4Todas las obras de Yahveh tienen su propio fin, hasta el malvado, para el día del mal
5Yahveh abomina al de corazón altivo, de cierto no quedará impune.
6Con amor y lealtad se expía la falta; con el temor de Yahveh se evita el mal.
7Cuando Yahveh se complace en la conducta de un hombre. hasta a sus enemigos los reconcilia con él.
8Más vale poco, con justicia, que mucha renta sin equidad.
9El corazón del hombre medita su camino, pero es Yahveh quien asegura sus pasos
10Oráculo en los labios del rey: en el juicio no comete falta su boca.
11De Yahveh son la balanza y los platillos justos, todas las pesas del saco son obra suya.
12Los reyes aborrecen las malas acciones, pues su trono en la justicia se afianza.
13El favor del rey para los labios justos; y ama al que habla rectamente.
14El furor del rey es mensajero de muerte; pero el hombre sabio lo apacigua.
15Si el rostro del rey se ilumina, hay vida; su favor es como nube de lluvia tardía.
16Adquirir sabiduría, cuánto mejor que el oro; adquirir inteligencia es preferible a la plata.
17La calzada de los rectos es apartarse del mal; el que atiende a su camino, guarda su alma.
18La arrogancia precede a la ruina; el espíritu altivo a la caída.
19Mejor es ser humilde con los pobres que participar en el botín con los soberbios.
20El que está atento a la palabra encontrará la dicha, el que confía en Yahveh será feliz.
21Al de corazón sabio, se le llama inteligente, la dulzura de labios aumenta el saber.
22La prudencia es fuente de vida para el que la tiene, el castigo de los necios es la necedad.
23El corazón del sabio hace circunspecta su boca, y aumenta el saber de sus labios.
24Palabras suaves, panal de miel: dulces al alma, saludables al cuerpo.
25Hay caminos que parecen rectos, pero al cabo son caminos de muerte.
26El ansia del trabajador para él trabaja, pues le empuja el hambre de su boca.
27El hombre malvado trama el mal, tiene en los labios como un fuego ardiente.
28El hombre perverso provoca querellas, el delator divide a los amigos.
29El hombre violento seduce al vecino, y le hace ir por camino no bueno.
30Quien cierra los ojos es para meditar maldades, el que se muerde los labios, ha consumado el mal.
31Cabellos blancos son corona de honor; y en el camino de la justicia se la encuentra.
32Más vale el hombre paciente que el héroe, el dueño de sí que el conquistador de ciudades.
33Se echan las suertes en el seno, pero la decisión viene de Yahveh.

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Proverbios 17
1Mejor es un mendrugo de pan a secas, pero con tranquilidad, que casa llena de sacrificios de discordia.
2El siervo prudente prevalece sobre el hijo sin honra; tendrá, con los hermanos, parte en la herencia.
3Crisol para la plata, horno para el oro; los corazones, Yahveh mismo los prueba.
4El malo está atento a los labios inicuos, el mentiroso presta oído a la lengua perversa.
5Quien se burla de un pobre, ultraja a su Hacedor, quien se ríe de la desgracia no quedará impune.
6Corona de los ancianos son los hijos de los hijos; los padres son el honor de los hijos.
7Al necio no le sienta un lenguaje pulido, y aún menos al noble un hablar engañoso.
8El obsequio es un talismán, para el que puede hacerlo; dondequiera que vaya, tiene éxito.
9El que cubre un delito, se gana una amistad el que propala cosas, divide a los amigos.
10Más afecta un reproche a un hombre inteligente que cien golpes a un necio.
11El malvado sólo busca rebeliones, pero le será enviado un cruel mensajero.
12Mejor topar con osa privada de sus cachorros que con tonto en su necedad.
13Si uno devuelve mal por bien no se alejará la desdicha de su casa.
14Entablar proceso es dar curso libre a las aguas; interrúmpelo antes de que se extienda.
15Justificar al malo y condenar al justo; ambas cosas abomina Yahveh.
16¿De qué sirve la riqueza en manos del necio? ¿Para adquirir sabiduría, siendo un insensato?
17El amigo ama en toda ocasión, el hermano nace para tiempo de angustia.
18Es hombre insensato el que choca la mano y sale fiador de su vecino.
19El que ama el pecado, ama los golpes, el que es altanero, busca la ruina.
20El de corazón pervertido, no hallará la dicha; el de lengua doble caerá en desgracia.
21El que engendra un necio, es para su mal; no tendrá alegría el padre del insensato.
22El corazón alegre mejora la salud; el espíritu abatido seca los huesos.
23El malo acepta regalos en su seno, para torcer las sendas del derecho.
24Ante el hombre inteligente está la sabiduría, los ojos del necio en los confines de la tierra.
25Hijo necio, tristeza de su padre, y amargura de la que lo engendró.
26No es bueno poner multa al justo, golpear a los nobles es contra derecho.
27El que retiene sus palabras es conocedor de la ciencia, el de sangre fría es hombre inteligente.
28Hasta al necio, si calla, se le tiene por sabio, por inteligente, si cierra los labios.

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Proverbios 18
1El que vive apartado, busca su capricho, se enfada por cualquier consejo.
2El necio no halla gusto en la prudencia, sino en manifestar su corazón.
3Cuando llega la maldad, también llega el desprecio; y con la afrenta viene la ignominia.
4Las palabras en la boca del hombre son aguas profundas: torrente desbordado, fuente de sabiduría.
5No es bueno tener miramientos con el malo, para quitar, en el juicio, la razón al justo.
6Los labios del necio se meten en el proceso, y su boca llama a los golpes.
7La boca del necio es su ruina, y sus labios una trampa para su vida.
8Las palabras del delator son golosinas, que bajan hasta el fondo de las entrañas.
9El que es perezoso en el trabajo, es hermano del que destruye.
10El nombre de Yahveh es torre fuerte, a ella corre el justo y no es alcanzado.
11La fortuna del rico es su plaza fuerte; como muralla inexpugnable, en su opinión.
12El corazón humano se engríe antes de la ruina, y delante de la gloria va la humildad.
13Si uno responde antes de escuchar eso es para él necedad y confusión.
14El ánimo del hombre lo sostiene en su enfermedad; pero perdido el ánimo, ¿quién lo levantará?
15Corazón inteligente adquiere ciencia, el oído de los sabios busca la ciencia.
16El regalo de un hombre todo se lo allana, y le lleva hasta la presencia de los grandes.
17Parece justo el primero que pleitea; mas llega su contendiente y lo pone al descubierto.
18Las suertes ponen fin a los litigios y deciden entre los poderosos.
19Un hermano ofendido es peor que una plaza fuerte, y las querellas son como cerrojos de ciudadela.
20Con el fruto de la boca sacia el hombre su vientre, con los frutos de sus labios se sacia.
21Muerte y vida están en poder de la lengua, el que la ama comerá su fruto.
22Quien halló mujer, halló cosa buena, y alcanzó favor de Yahveh.
23El pobre habla suplicando, pero el rico responde con dureza.
24Hay amigos que causan la ruina, y hay quien ama con más apego que un hermano.

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Proverbios 19
1Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de labios perversos y además necio.
2Tampoco es bueno el afán cuando falta la ciencia, el de pies precipitados se extravía.
3La necedad del hombre pervierte su camino, y luego en su corazón se irrita contra Yahveh.
4La riqueza multiplica los amigos, pero el pobre de su amigo es separado.
5El testigo falso no quedará impune, el que profiere mentiras no escapará.
6Son numerosos los que halagan al noble, todos son amigos del hombre que da.
7Los hermanos del pobre le odian todos, ¡cuánto más se alejarán de él los amigos! Persigue palabras, pero no hay.
8El que adquiere cordura se ama a sí mismo, el que sigue la prudencia, hallará la dicha.
9El testigo falso no quedará impune, el que profiere mentiras perecerá.
10No sienta bien al necio vivir en delicias, y menos al siervo dominar a los príncipes.
11La prudencia del hombre domina su ira, y su gloria es dejar pasar una ofensa.
12Como rugido de león la indignación del rey, su favor, como rocío sobre la hierba.
13El hijo necio, calamidad para su padre, goteo sin fin las querellas de mujer.
14Casa y fortuna se heredan de los padres, mujer prudente viene de Yahveh.
15La pereza hunde en el sopor, el alma indolente pasará hambre.
16Quien guarda los mandatos se guarda a sí mismo, quien desprecia sus caminos morirá.
17Quien se apiada del débil, presta a Yahveh, el cual le dará su recompensa.
18Mientras hay esperanza corrige a tu hijo, pero no te excites hasta hacerle morir.
19El iracundo carga con la multa; pues si le perdonas, se la tendrás que aumentar.
20Escucha el consejo, acoge la corrección, para llegar, por fin, a ser sabio.
21Muchos proyectos en el corazón del hombre, pero sólo el plan de Yahveh se realiza.
22Lo que se desea en un hombre es la bondad, más vale un pobre que un mentiroso.
23El temor de Yahveh es para vida, vive satisfecho sin ser visitado por el mal.
24El perezoso hunde la mano en el plato, y no es capaz ni de llevarla a la boca.
25Golpea al arrogante y el simple se volverá sensato; reprende al inteligente y alcanzará el saber.
26El que despoja a su padre y expulsa a su madre, es hijo infamante y desvergonzado.
27Deja ya, hijo, de escuchar la instrucción, y de apartarte de las palabras de la ciencia.
28El testigo malvado se burla del derecho; la boca de los malos devora iniquidad.
29Los castigos están hechos para los arrogantes; y los golpes para la espalda de los necios.

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Proverbios 20
1Arrogante es el vino, tumultuosa la bebida; quien en ellas se pierde, no llegará a sabio.
2Como rugido de león la indignación del rey, el que la excita, se daña a sí mismo.
3Es gloria para el hombre apartarse de litigios, pero todo necio se sale de sí.
4A partir del otoño, el perezoso no trabaja, en la cosecha busca, pero no hay nada.
5El consejo en el corazón del hombre es agua profunda, el hombre inteligente sabrá sacarla.
6Muchos hombres se dicen piadosos; pero un hombre fiel, ¿quién lo encontrará?
7El justo camina en la integridad; ¡dichosos sus hijos después de él!
8Un rey sentado en el tribunal disipa con sus ojos todo mal.
9¿Quién puede decir: «Purifiqué mi corazón, estoy limpio de mi pecado?»
10Dos pesos y dos medidas, ambas cosas aborrece Yahveh.
11Incluso en sus acciones da el muchacho a conocer si sus obras serán puras y rectas.
12El oído que oye y el ojo que ve; ambas cosas las hizo Yahveh.
13No ames el sueño, para no hacerte pobre; ten abiertos los ojos y te hartarás de pan.
14«¡Malo, malo!» dice el comprador, pero al marchar se felicita.
15Hay oro y numerosas perlas, pero los labios instruidos son la cosa más preciosa.
16Tómale su vestido, pues salió fiador de otro; tómale prenda por los extraños.
17El pan de fraude le es dulce al hombre, pero luego la boca se llena de grava.
18Los proyectos con el consejo se afianzan: haz con táctica la guerra.
19El que anda murmurando descubre secretos; no andes con quien tiene la lengua suelta.
20Al que maldice a su padre y a su madre, se le extinguirá su lámpara en medio de tinieblas.
21Herencia adquirida al principio con presteza, no será a la postre bendecida.
22No digas: «Voy a devolver el mal»; confía en Yahveh, que te salvará.
23Tener dos pesas lo abomina Yahveh; tener balanzas falsas no está bien.
24De Yahveh dependen los pasos del hombre: ¿cómo puede el hombre comprender su camino?
25Lazo es para el hombre pronunciar a la ligera: «¡Sagrado!» y después de haber hecho el voto reflexionar.
26Un rey sabio aventa a los malos y hace pasar su rueda sobre ellos.
27Lámpara de Yahveh es el hálito del hombre que explora hasta el fondo de su ser.
28Bondad y lealtad custodian al rey, fundamenta su trono en la bondad.
29El vigor es la belleza de los jóvenes, las canas el ornato de los viejos.
30Las cicatrices de las heridas son remedio contra el mal, los golpes curan hasta el fondo de las entrañas.

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Proverbios 21
1Corriente de agua es el corazón del rey en la mano de Yahveh, que él dirige donde quiere.
2Al hombre le parecen rectos todos sus caminos, pero es Yahveh quien pesa los corazones.
3Practicar la justicia y la equidad, es mejor ante Yahveh que el sacrificio.
4Ojos altivos, corazón arrogante, antorcha de malvados, es pecado.
5Los proyectos del diligente, todo son ganancia; para el que se precipita, todo es indigencia.
6Hacer tesoros con lengua engañosa, es vanidad fugitiva de quienes buscan la muerte.
7La violencia de los malos los domina, porque se niegan a practicar la equidad.
8Tortuoso es el camino del hombre criminal, pero el puro es recto en sus obras.
9Mejor es vivir en la esquina del terrado, que casa en común con mujer litigiosa.
10El alma del malvado desea el mal, su vecino no halla gracia a sus ojos.
11Cuando se castiga al arrogante, el simple se hace sabio; cuando se instruye al sabio, adquiere ciencia.
12El Justo observa la casa del malvado, y arroja a los malvados a la desgracia.
13Quien cierra los oídos a las súplicas del débil clamará también él y no hallará respuesta.
14Regalo a escondidas, aplaca la cólera, y obsequio oculto, la ira violenta.
15Alegría para el justo es el cumplimiento de la justicia, pero horror para los que hacen el mal.
16El hombre que se aparta del camino de la prudencia reposará en la asamblea de las sombras.
17Se arruina el hombre que ama el placer, no será rico el aficionado a banquetes.
18Rescate del justo es el malo, y en lugar de los rectos, el traidor.
19Mejor es habitar en el desierto que con mujer litigiosa y triste.
20Tesoro precioso y aceite en la casa del sabio, pero el hombre necio los devora.
21Quien va tras la justicia y el amor hallará vida, justicia y honor.
22El sabio escala la ciudad de los fuertes, y derriba la fortaleza en que confiaban.
23El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de la angustia.
24Al insolente y altivo se le llama: «arrogante»; actúa en el exceso de su insolencia.
25El deseo del perezoso le lleva a la muerte, porque sus manos rehúsan el trabajo.
26Todo el día está el malo codicioso; pero el justo da sin rehusar jamás.
27El sacrificio de los malos es abominable, sobre todo si se ofrece con mala intención.
28El testigo falso perecerá, el hombre que escucha, por siempre podrá hablar.
29El hombre malo se muestra atrevido, el recto afianza su camino.
30No hay sabiduría, ni hay prudencia ni hay consejo, delante de Yahveh.
31Se prepara el caballo para el día del combate, pero la victoria es de Yahveh.

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Proverbios 22
1Más vale buen nombre que muchas riquezas, y mejor es favor que plata y oro.
2El rico y el pobre se encuentran, a los dos los hizo Yahveh.
3El hombre precavido ve el mal y se esconde, los simples pasan y reciben castigo.
4Premio de la humildad, el temor de Yahveh, la riqueza, el honor y la vida.
5Espinas y lazos en la senda del malo, el que cuida de su vida, se aleja de ellos.
6Instruye al joven según sus disposiciones, que luego, de viejo, no se apartará de ellas.
7El rico domina a los pobres, el deudor es esclavo de su acreedor.
8Quien siembra injusticia cosecha miserias y la vara de su cólera desaparecerá.
9El de buena intención será bendito, porque da de su pan al débil.
10Expulsa al arrogante y se irá el litigio, y pleitos e injurias cesarán.
11El que ama los corazones puros, el de gracia en los labios, es amigo del rey.
12Los ojos de Yahveh custodian la ciencia, pero confunden las palabras del pérfido.
13El perezoso dice: «Hay fuera un león; voy a ser muerto en medio de la calle.»
14Fosa profunda la boca de las mujeres ajenas: aquel contra el que Yahveh se aíra, caerá en ella.
15La necedad está enraizada en el corazón del joven, la vara de la instrucción lo alejará de ella.
16El que oprime a un débil, lo engrandece; el que da a un rico, llega a empobrecerlo.
17Presta oído y escucha las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi ciencia,
18porque te será dulce guardarlas en tu seno, y tener todas a punto en tus labios.
19Para que esté en Yahveh tu confianza también a ti hoy te enseñaré.
20¿No he escrito para ti treinta capítulos de consejos y ciencia,
21para hacerte conocer la certeza de las palabras verdaderas, y puedas responder palabras verdaderas a quien te    envíe?
22No despojes al débil, porque es débil, y no aplastes al desdichado en la puerta,
23porque Yahveh defenderá su causa y despojará de la vida a los despojadores.
24No tomes por compañero a un hombre airado, ni vayas con un hombre violento,
25no sea que aprendas sus senderos, y te encuentres con un lazo para tu vida.
26No seas de los que chocan la mano, y salen fiadores de préstamos:
27porque si no tienes con qué pagar, te tomarán el lecho en que te acuestas.
28No desplaces el lindero antiguo que tus padres pusieron.
29¿Has visto un hombre hábil en su oficio? Se colocará al servicio de los reyes. No quedará al servicio de gentes oscuras.

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Proverbios 23
1Si te sientas a comer con poderoso, mira bien al que está frente a ti;
2pon un cuchillo a tu garganta si eres hombre de apetito;
3no desees sus manjares, porque es alimento engañoso.
4No te fatigues por enriquecerte, deja de pensar en ello.
5Pones tus ojos en ello y no hay nada. Porque se hace alas como águila, y se vuela hasta el cielo.
6No comas pan con hombre de malas intenciones, ni desees sus manjares.
7Porque, según lo que calcula en su interior, te dice: «¡Come y bebe!», pero su corazón no está contigo.
8Nada más comer lo vomitarías y tus palabras amables serían tu ruina.
9A oídos de necio no hables, porque se burlará de la prudencia de tus dichos.
10No desplaces el lindero antiguo, no entres en el campo de los huérfanos,
11porque su vengador es poderoso, y defendería su pleito contra ti.
12Aplica tu corazón a la instrucción, y tus oídos a las palabras de la ciencia.
13No ahorres corrección al niño, que no se va a morir porque le castigues con la vara.
14Con la vara le castigarás y librarás su alma del seol.
15Hijo mío, si tu corazón es sabio, se alegrará también mi corazón,
16y exultarán mis riñones al decir tus labios cosas rectas.
17No envidie tu corazón a los pecadores, más bien en el temor de Yahveh permanezca todo el día,   
18porque hay un mañana, y tu esperanza no será aniquilada.
19Escucha, hijo, y serás sabio, y endereza tu corazón por el camino...
20No seas de los que se emborrachan de vino, ni de los que se ahítan de carne,
21porque borracho y glotón se empobrecen y el sopor se viste de harapos.
22Escucha a tu padre, que él te engendró, y no desprecies a tu madre por ser vieja.
23Adquiere la verdad y no la vendas: la sabiduría, la instrucción, la inteligencia.
24El padre del justo rebosa de gozo, quien engendra un sabio por él se regocija.
25Se alegrarán tu padre y tu madre, y gozará la que te ha engendrado.
26Dame, hijo mío, tu corazón, y que tus ojos hallen deleite en mis caminos.
27Fosa profunda es la prostituta, pozo angosto la mujer extraña.
28También ella como ladrón pone emboscadas, y multiplica entre los hombres los traidores.
29¿Para quién las «Desgracias»? ¿para quién los «Ayes»? ¿para quién los litigios? ¿para quién los lloros? ¿para quién los golpes sin motivo? ¿para quién los ojos turbios?
30Para los que se eternizan con el vino, los que van en busca de vinos mezclados.
31No mires el vino: ¡Qué buen color tiene! ¡cómo brinca en la copa! ¡qué bien entra!
32Pero, a la postre, como serpiente muerde, como víbora pica.
33Tus ojos verán cosas extrañas, y tu corazón hablará sin ton ni son.
34Estarás como acostado en el corazón del mar, o acostado en la punta de un mástil.
35«Me han golpeado, pero no estoy enfermo; me han tundido a palos, pero no lo he sentido, ¿Cuándo me despertaré...?, me lo seguiré    preguntando.»

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Proverbios 24
1No tengas envidia de los malos, no desees estar con ellos,
2porque su corazón trama violencias, y sus labios hablan de desgracias.
3Con la sabiduría se construye una casa, y con la prudencia se afianza;
4con la ciencia se llenan los cilleros de todo bien precioso y deseable.
5El varón sabio está fuerte, el hombre de ciencia fortalece su vigor;
6porque con sabios consejos harás la guerra, y en la abundancia de consejeros está el éxito.
7Muy alta está la sabiduría para el necio: no abre su boca en la puerta.
8Al que piensa en hacer mal, se le llama maestro en intrigas.
9La necedad sólo maquina pecados, el arrogante es abominable a los hombres.
10Si te dejas abatir el día de la angustia, angosta es tu fuerza.
11Libra a los que son llevados a la muerte, y a los conducidos al suplicio ¡si los pudieras    retener!
12Si dices: «Mira que no lo sabíamos», ¿acaso el que pesa los corazones no comprende? ¿el que vigila tu alma, no lo sabe? El da a cada hombre según sus obras.
13Come miel, hijo mío, porque es buena. Panal de miel es dulce a tu paladar.
14Pues sábete que así será la sabiduría para tu alma, y si la hallas, hay un mañana, y tu esperanza no será aniquilada.
15No pongas, malvado, asechanzas en la mansión del justo, no hagas violencia a su morada.
16Que siete veces cae el justo, pero se levanta, mientras los malos se hunden en la desgracia.
17No te alegres por la caída de tu enemigo, no se goce tu corazón cuando se hunde;
18no sea que lo vea Yahveh y le desagrade, y aparte de él su ira.
19No te enfurezcas por causa de los malvados, ni tengas envidia de los malos.
20Porque para el malvado no hay un mañana: la lámpara de los malos se extinguirá.
21Teme, hijo mío, a Yahveh y al rey, no te relaciones con los innovadores,
22porque al instante surgirá su calamidad, y ¿quién sabe el castigo que pueden ambos dar?
23También esto pertenece a los sabios: Hacer acepción de personas en el juicio no está bien.
24Al que dice al malo: «Eres justo», le maldicen los pueblos y le detestan las naciones;
25los que los castigan, viven felices, y viene sobre ellos la bendición del bien.
26Besa en los labios, el que responde con franqueza.
27Ordena tus trabajos de fuera y prepara tus faenas en el campo; y después puedes construirte tu casa.
28No des testimonio, en vano, contra tu prójimo, ni engañes con tus labios.
29No digas: «Como él me ha hecho a mí, le haré yo a él, daré a cada uno según sus obras.»
30He pasado junto al campo de un perezoso, y junto a la viña de un hombre insensato,
31y estaba todo invadido de ortigas, los cardos cubrían el suelo, la cerca de piedras estaba derruída.
32Al verlo, medité en mi corazón, al contemplarlo aprendí la lección:
33«Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos cruzados
34y llegará, como vagabundo, tu miseria y como un mendigo tu pobreza.»

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Proverbios 25
1También estos son proverbios de Salomón, transcritos por los hombres de Ezequías, rey de Judá.
2Es gloria de Dios ocultar una cosa, y gloria de los reyes escrutarla.
3Los cielos por su altura, la tierra por su profundidad, y el corazón de los reyes: son inescrutables.
4Quita las escorias de la plata, y quedará enteramente pura;
5quita al malo de delante del rey, y su trono se afianzará en la justicia.
6No te des importancia ante el rey, no te coloques en el sitio de los grandes;
7porque es mejor que te digan: «Sube acá», que ser humillado delante del príncipe. Lo que han visto tus ojos,
8no te apresures a llevarlo a juicio; pues ¿qué harás a la postre cuando tu prójimo te confunda?
9Defiende tu causa contra tu prójimo, pero no descubras los secretos de otro,
10no sea que el que lo oye te avergüence, y que tu difamación no tenga vuelta.
11Manzanas de oro con adornos de plata, es la palabra dicha a tiempo.
12Anillo de oro, o collar de oro fino, la reprensión sabia en oído atento.
13Como frescor de nieve el día de la siega el mensajero leal, para el que lo envía: conforta el ánimo de su señor.
14Nubes y viento, pero no lluvia, el hombre que se jacta de que va a hacer un regalo,    pero miente.
15Con paciencia se persuade al juez, una lengua dulce quebranta los huesos.
16¿Has hallado miel?, come lo que necesites; no llegues a hartarte y la vomites.
17Pon tu pie pocas veces en casa del vecino, no sea que se hastíe y te aborrezca.
18Martillo, espada, flecha aguda: es el hombre que da testimonio falso contra su    prójimo.
19Diente roto, pie titubeante: la confianza en el pérfido, el día de la angustia,
20como quitar el vestido en día helado. Poner vinagre sobre salitre, es cantar canciones a un corazón triste.
21Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber;
22así amontonas sobre su cabeza brasas y Yahveh te dará la recompensa.
23El viento norte trae la lluvia, la lengua que disimula, rostros airados.
24Mejor es vivir en la esquina del terrado, que casa en común con mujer litigiosa.
25Agua fresca en fauces sedientas: la noticia buena de un país lejano.
26Fuente hollada, manantial ensuciado, el justo que titubea ante el malo.
27No es bueno comer mucha miel, ni buscar gloria y más gloria.
28Ciudad abierta y sin muralla es el hombre que no domina su ánimo.

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Proverbios 26
1Como nieve en verano y lluvia en la siega, así de mal le sienta la gloria al insensato.
2Como se escapa el pájaro y vuela la golondrina, así no se realiza la maldición sin motivo.
3Látigo para el caballo, brida para el asno y vara para la espalda de los necios.
4No respondas al necio según su necedad, no sea que tú también te vuelvas como él.
5Responde al necio según su necedad, no vaya a creerse que es un sabio.
6Se corta los pies, se empapa de amargura, el que envía un recado en mano de necio.
7Como las piernas vacilantes del cojo, es el proverbio en boca de los necios.
8Como sujetar una piedra en la honda, es conceder honores a un necio.
9Como espino que va a parar a mano de borracho, es el proverbio en boca de los necios.
10Como arquero que a todos hiere, es el que toma a sueldo al necio y al borracho que    pasan.
11Como el perro vuelve a su vómito, vuelve el necio a su insensatez.
12¿Has visto a un hombre que se cree sabio? Más se puede esperar de un necio que de él.
13Dice el perezoso: «¡Un león en el camino! ¡Un león en la plaza!»
14La puerta gira en los goznes, y el perezoso en la cama.
15El perezoso hunde la mano en el plato; pero le fatiga llevarla a la boca.
16El perezoso se tiene por más sabio que siete personas que responden con tacto.
17Agarra por las orejas a un perro que pasa el que se mete en litigio que no le incumbe.
18Como un loco que arroja saetas escondidas, flechas y muerte,
19tal es el hombre que engaña a su prójimo, y dice: «¿No ves que estaba bromeando?»
20Cuando se acaba la leña, se apaga el fuego, cuando no hay chismoso, se apacigua la disputa.
21Carbón sobre brasas y leña sobre fuego, es el pleiteador para atizar querellas.
22Las palabras del delator son golosinas que bajan hasta el fondo de las entrañas.
23Plata con escorias esmaltada sobre arcilla, son los labios dulces con corazón perverso.
24El que odia, disimula con sus labios, pero en su interior comete perfidia;
25si da a su voz un tono amable, no te fíes, porque hay siete abominaciones en su corazón.
26Encubrirá su odio con engaño, pero en la asamblea se descubrirá su malicia.
27El que excava una fosa caerá en ella, el que hace rodar una piedra se le vendrá encima.
28La lengua mentirosa odia a sus víctimas, la boca melosa labra la ruina.

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Proverbios 27
1No te regocijes por el día de mañana, porque no sabes lo que deparará el día de hoy.
2Que otro te alabe y no tu propia boca; un extraño, que no tus labios.
3Pesada es la piedra y pesada la arena, la ira del necio es más pesada que ellas.
4El furor es cruel, agua desbordada la cólera; mas ¿quién resistirá ante la envidia?
5Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto.
6Leales son las heridas del amigo, falsos los besos del enemigo.
7Alma saciada pisotea la miel, al alma hambrienta, hasta lo amargo es dulce.
8Como yerra el pájaro lejos de su nido, así yerra el hombre lejos de su lugar.
9El aceite y el perfume alegran el corazón, la dulzura del amigo consuela el alma.
10No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; no entres en la casa de tu hermano el día de tu    infortunio. Mejor es vecino próximo que hermano alejado.
11Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; y podré responder al que me ultraja.
12El hombre precavido ve el mal y se esconde, los simples pasan y reciben castigo.
13Tómale su vestido, pues salió fiador de otro; tómale prenda por los extraños.
14Al que ya de mañana a su prójimo bendice en alta voz, le será contado como una maldición.
15Goteo incesante en día de lluvia y mujer chismosa, son iguales;
16el que la retiene, retiene viento y aceite encuentra su derecha.
17El hierro con hierro se aguza, y el hombre con su prójimo se afina.
18El que vigila una higuera come de su fruto, el que guarda a su señor será honrado.
19Como en el agua un rostro refleja otro rostro, así el corazón de un hombre refleja el de otro hombre.
20Seol y Perdición son insaciables; tampoco se sacian los ojos del hombre.
21Crisol para la plata, horno para el oro, el hombre vale según su reputación.
22Aunque machaques al necio en el mortero, (entre el grano, con el pilón) no se apartará de él su necedad.
23Conoce a fondo el estado de tu ganado, aplica tu corazón a tu rebaño;
24porque no es eterna la riqueza, no se transmite una corona de edad en edad.
25Cortada la hierba, aparecido el retoño, y apilado el heno de los montes,
26ten corderos para poderte vestir, machos cabríos con que pagar un campo,
27leche de cabras abundante para tu sustento, para alimentar a tu familia y mantener a tus criados.

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Proverbios 28
1El malo huye sin que nadie le persiga, pero el justo como un león está seguro.
2Cuando un país es rebelde, son muchos sus príncipes; con un hombre inteligente y sabio hay estabilidad.
3Hombre malo que oprime a los débiles es como lluvia devastadora que deja sin pan.
4Los que abandonan la ley alaban al malo, los que guardan la ley se irritan contra ellos.
5Los hombres malos no entienden de equidad, los que buscan a Yahveh lo comprenden todo.
6Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de caminos tortuosos, por más que sea rico.
7El que guarda la ley es un hijo inteligente, el que frecuenta orgías es la deshonra de su padre.
8El que aumenta su riqueza por usura e interés, la amontona para el que se compadece de los pobres.
9El que aparta su oído para no oír la ley, hasta su oración es abominable.
10El que extravía a los rectos por el mal camino, en su propia fosa caerá. Los hombres sin tacha heredarán la dicha.
11El hombre rico se cree sabio, pero el pobre inteligente, lo desenmascara.
12Cuando se alegran los justos, es grande el regocijo, cuando se alzan los malos, todos se esconden.
13Al que encubre sus faltas, no le saldrá bien; el que las confiesa y abandona, obtendrá piedad.
14Dichoso el hombre que siempre está en temor; el que endurece su corazón caerá en el mal.
15León rugiente, oso hambriento, es el malo que domina al pueblo débil.
16Príncipe sin inteligencia multiplica la opresión, el que odia el lucro prolongará sus días.
17El hombre culpable de una muerte huirá hasta la tumba; ¡que nadie le detenga!
18El que anda sin tacha será salvo, el que va oscilante entre dos caminos, caerá en uno de    ellos.
19Quien cultiva su tierra se hartará de pan, quien va tras naderías, se hartará de pobreza.
20El hombre leal será muy bendecido, quien se hace rico aprisa, no quedará impune.
21No es bueno hacer acepción de personas, que por un bocado de pan el hombre prevarica.
22El hombre de malas intenciones corre tras la riqueza, sin saber que lo que le viene es la indigencia.
23El hombre que reprende halla al cabo más gracia que el de lengua aduladora.
24El que roba a su padre y a su madre y dice: «No hay en ello falta», es compañero del hombre destructor.
25El hombre ambicioso azuza querellas, el que confía en Yahveh prosperará.
26El que confía en su corazón es un necio, el que anda con sabiduría se salvará.
27El que da a los pobres no conocerá la indigencia, para el que se tapa los ojos abundante maldición.
28Cuando se alzan los malos, todos se esconden, cuando perecen, los justos se multiplican.

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Proverbios 29
1El hombre que, reprendido, endurece la cerviz, será pronto deshecho y sin remedio.
2Cuando los justos se multiplican, el pueblo se alegra, cuando dominan los malos, el pueblo gime.
3El que ama la sabiduría, da alegría a su padre, el que anda con prostitutas, disipa su fortuna.
4El rey, con la equidad, mantiene el país, el hombre exactor lo arruina.
5El hombre que adula a su prójimo pone una red bajo sus pasos.
6En el pecado del malo hay una trampa, pero el justo se regocija y alegra.
7El justo conoce la causa de los débiles, el malo no tiene inteligencia para conocerla.
8Los arrogantes turban la ciudad, los sabios alejan la cólera.
9Cuando el sabio tiene un pleito con el necio, ya se exaspere o se ría, no logrará sosiego.
10Los hombres sanguinarios odian al intachable, los rectos van en busca de su persona.
11El necio da salida a toda su pasión; el sabio la reprime y apacigua.
12Si un jefe hace caso de las palabras mentirosas, todos sus servidores serán malos.
13El pobre y el opresor se encuentran, Yahveh da la luz a los ojos de ambos.
14El rey que juzga con verdad a los débiles, asegura su trono para siempre.
15Vara y reprensión dan sabiduría, muchacho dejado a sí mismo, avergüenza a su madre.
16Cuando se multiplican los malos, se multiplican los delitos, pero los justos contemplarán su caída.
17Corrige a tu hijo y te dejará tranquilo; y hará las delicias de tu alma.
18Cuando no hay visiones, el pueblo se relaja, pero el que guarda la ley es dichoso.
19No se corrige a un siervo con palabras, porque aunque las entienda, no las cumple.
20¿Has visto un hombre dispuesto siempre a hablar? más se puede esperar de un necio que de él.
21Si se mima a un esclavo desde niño, al final será un ingrato.
22El hombre violento provoca querellas, el hombre airado multiplica los delitos.
23El orgullo del pobre lo humillará; el humilde de espíritu obtendrá honores.
24El que reparte con ladrón se odia a sí mismo, oye la imprecación, pero no revela nada.
25Temblar ante los hombres es un lazo; el que confía en Yahveh está seguro.
26Son muchos los que buscan el favor del jefe, pero es Yahveh el que juzga a cada uno.
27Abominación para los justos es el hombre inicuo abominación para el malo el de recto camino.

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Proverbios 30
1Palabras de Agur, hijo de Yaqué, de Massá. Oráculo de este hombre para Itiel, para Itiel y para Ukal.
2¡Soy el más estúpido de los hombres! No tengo inteligencia humana.
3No he aprendido la sabiduría, ¿y voy a conocer la ciencia de los santos?
4¿Quién subió a los cielos y volvió a bajar? ¿quién ha recogido viento en sus palmas? ¿quién retuvo las aguas en su manto? ¿quién estableció los linderos de la tierra? ¿Cuál es su nombre y el nombre de su hijo, si es que lo sabes?
5Probadas son todas las palabras de Dios; él es un escudo para cuantos a él se acogen.
6No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y pases por mentiroso.
7Dos cosas te pido. no me las rehúses antes de mi muerte:
8Aleja de mí la mentira y la palabra engañosa; no me des pobreza ni riqueza, déjame gustar mi bocado de pan,
9no sea que llegue a hartarme y reniegue, y diga: «¿Quién es Yahveh?». o no sea que, siendo pobre, me dé al robo, e injurie el nombre de mi Dios.
10No calumnies a un siervo ante su amo no sea que te maldiga y tengas que pagar la pena.
11Hay gente que maldice a su padre, y a su madre no bendice,
12gente que se cree pura y no está limpia de su mancha,
13¡gente de qué altivos ojos, cuyos párpados se alzan!;
14gente cuyos dientes son espadas, y sus mandíbulas cuchillos, para devorar a los desvalidos echándolos del país y a los pobres de entre los hombres.
15La sanguijuela tiene dos hijas: «¡Daca, daca!» Hay tres cosas insaciables y cuatro que no dicen: «¡Basta!»
16El seol, el seno estéril, la tierra que no se sacia de agua, y el fuego que no dice: «¡Basta!»
17Al ojo que se ríe del padre y desprecia la obediencia de una madre, lo picotearán los cuervos del torrente, los aguiluchos lo devorarán.
18Tres cosas hay que me desbordan y cuatro que no conozco:
19el camino del águila en el cielo, el camino de la serpiente por la roca, el camino del navío en alta mar, el camino del hombre en la doncella.
20Este es el camino de la mujer adúltera: come, se limpia la boca y dice: «¡No he hecho nada de malo ¡»
21Por tres cosas tiembla la tierra y cuatro no puede soportar:
22Por esclavo que llega a rey, por idiota que se ahíta de comer,
23por mujer odiada que se casa, por esclava que hereda a su señora.
24Hay cuatro seres los más pequeños de la tierra, pero que son más sabios que los sabios:
25las hormigas - multitud sin fuerza - que preparan en verano su alimento;
26los damanes - multitud sin poder -, que ponen sus casas en la roca;
27las langostas, que sin tener rey, salen todas en orden;
28el lagarto, al que se agarra con la mano y está en los palacios de los reyes.
29Hay tres cosas de paso gallardo y cuatro de elegante marcha:
30el león - fuerte entre los animales -, que ante nada retrocede,
31el esbelto gallo o el macho cabrío, y el rey que arenga a su pueblo.
32Si hiciste el necio, envalentonándote, y has reflexionado, pon mano en boca,
33pues apretando la leche se saca mantequilla apretando la nariz se saca sangre y apretando la ira, se saca querella.

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Proverbios 31
1Palabras de Lemuel, rey de Massá, que le enseño su madre:
2¡No, hijo mío, no, hijo de mis entrañas! ¡No, hijo de mis votos!
3No entregues tu vigor a las mujeres, ni tus caminos a las que pierden a los reyes.
4No es para los reyes, Lemuel, no es para los reyes beber vino, ni para los príncipes ser aficionado a la bebida.
5No sea que, bebiendo, olviden sus decretos y perviertan las causas de todos los desvalidos.
6Dad bebidas fuertes al que va a perecer y vino al de alma amargada;
7que beba y olvide su miseria, y no se acuerde ya de su desgracia.
8Abre tu boca en favor del mudo, por la causa de todos los abandonados,
9abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del mísero y del pobre.
10 Alef.  Una mujer completa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas.
11 Bet.  En ella confía el corazón de su marido, y no será sin provecho.
12 Guímel.  Le produce el bien, no el mal, todos los días de su vida.
13 Dálet.  Se busca lana y lino y lo trabaja con manos diligentes.
14 He.  Es como nave de mercader que de lejos trae su provisión.
15 Vau.  Se levanta cuando aún es de noche da de comer a sus domésticos y órdenes a su servidumbre.
16 Zain.  Hace cálculos sobre un campo y lo compra; con el fruto de sus manos planta una viña.

17 Jet.  Se ciñe con fuerza sus lomos y vigoriza sus brazos.
18 Tet.  Siente que va bien su trabajo, no se apaga por la noche su lámpara.
19 Tod.  Echa mano a la rueca, sus palmas toman el huso.
20 Kaf.  Alarga su palma al desvalido, y tiende sus manos al pobre.
21 Lámed.  No teme por su casa a la nieve, pues todos los suyos tienen vestido doble.
22 Mem.  Para sí se hace mantos, y su vestido es de lino y púrpura.
23 Nun.  Su marido es considerado en las puertas, cuando se sienta con los ancianos del país.
24 Sámek.  Hace túnicas de lino y las vende, entrega al comerciante ceñidores.
25 Ain.  Se viste de fuerza y dignidad, y se ríe del día de mañana.
26 Pe.  Abre su boca con sabiduría, lección de amor hay en su lengua.
27 Sade.  Está atenta a la marcha de su casa, y no come pan de ociosidad.
28 Qof.  Se levantan sus hijos y la llaman dichosa; su marido, y hace su elogio:
29 Res.  «¡Muchas mujeres hicieron proezas, pero tú las superas a todas!»
30 Sin.  Engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme a Yahveh, ésa será alabada.
31 Tau.  Dadle del fruto de sus manos y que en las puertas la alaben sus obras.

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