PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA
TOBÍAS
CAPITULOS
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Tobias 1
1Historia de Tobit, hijo de Tobiel, hijo de Ananiel, hijo de Aduel,
hijo de Gabael, del linaje de Asiel, de la tribu de Neftalí,
2que en tiempo de Salmanasar, rey de Asiria, fue deportado de Tibé, que
queda al sur de Cadés de Neftalí, en la Galilea superior, por
encima de Jasor, detrás del camino del oeste y al norte de Sefat.
3Yo, Tobit, he andado por caminos de verdad y en justicia todos los
días de mi vida y he repartido muchas limosmas entre mis hermanos
y compatriotas, deportados conmigo a Nínive, al país de los asirios.
4Siendo yo joven todavía y estando en mi país, en la tierra de Israel,
toda la tribu de mi padre Neftalí se apartó de la casa de David y de
Jerusalén, la ciudad elegida entre todas las tribus de Israel para
ofrecer allí sacrificios y en la que habia sido edificado y consagrado,
para todas las generaciones venideras, el Templo de la Morada del
Altísimo.
5Todos mis hermanos y la casa de mi padre Neftalí ofrecían sacrificios
al becerro que Jeroboam, rey de Israel, habia hecho en Dan, en los
montes de Galilea.
6Muchas veces era yo el único que iba a Jerusalén, con ocasión de las
fiestas, tal como está prescrito para todo Israel por decreto perpetuo;
en cobrando las primicias y las crías primeras y diezmos de mis bienes
y el primer esquileo de mis ovejas, acudía presuroso a Jerusalén
7y se lo entregaba a los sacerdotes, hijos de Aarón, para el altar.
Daba a los levitas, que hacían el servicio en Jerusalén, el diezmo del
vino, del grano, del olivo, de los granados, de los higos y demás
frutales; tomaba en metálico el segundo diezmo, de los seis años, y lo
gastaba en Jerusalén.
8Entregaba el tercer diezmo a los huérfanos, a las viudas y a los
prosélitos que vivían con los israelitas; se lo llevaba y
entregaba cada tres años, celebrando una comida con ellos conforme a lo
que se prescribe en la Ley de Moisés y conforme a los preceptos que me
dio Débora, madre de nuestro padre Ananiel, pues mi padre habia
muerto dejándome huérfano.
9En llegando a edad adulta, me casé con Ana, mujer de nuestra
parentela; y ella dio a luz a Tobias.
10Cuando la deportación de Asiria, yo también fui deportado y me
trasladé a Nínive. Todos mis hermanos y los de mi linaje comían los
manjares de los gentiles,
11más yo me guardé bien de comerlos.
12Como yo me acordaba de Dios con toda mi alma,
13me concedió el Altísimo gracia y favor ante Salmanasar, y llegué a
ser procurador suyo.
14Me trasladé a Media y administré allí sus negocios hasta su muerte; y
desposité en Ragués de Media, en casa de Gabael, hermano de Gabrí, unos
sacos de plata por valor de diez talentos.
15Muerto Salmanasar, le sucedió en el trono su hijo Senaquerib; en su
reinado, los caminos de Media se hicieron inseguros y no pude volver
allí.
16En los días de Salmanasar hice yo muchas limosmas a mis hermanos de
raza;
17di mi pan a los hambrientos y vestido a los desnudos; y si veía el
cadaver de alguno de los de mi raza arrojado extramuros de
Nínive, le daba sepultura.
18Enterré igualmente a los que mató Senaquerib (cuando vino huyendo de
Judea después del escarmiento que hizo contra él el Rey del Cielo, a
causa de sus blasfemias. Senaquerib, en su cólera, mandó matar a muchos
israelitas); y yo sustraje sus cuerpos y los enterré. Senaquerib los
buscó sin encontrarlos.
19Un ninivita fue a denunciarme al rey de que yo los habia enterrado en
secreto. Cuando supe que el rey tenía informes acerca de mí, y que me
buscaba para matarme, tuve miedo y escapé.
20Me fueron arrebatados todos mis bienes; nada quedó sin confiscar para
el tesoro real, salvo mi mujer Ana y mi hijo Tobias.
21Aún no habian transcurrido cuarenta días, cuando Senaquerib fue
asesinado por sus dos hijos, que huyeron luego hacia los montes Ararat.
Le sucedió su hijo Asarjaddón. Asarjaddón puso a Ajikar, hijo de mi
hermano Anael, al frente de las finanzas de su reino, de modo que
dirigía toda la administración.
22Ajikar intercedió por mí y pude regresar a Nínive. Ajikar, de hecho,
habia sido copero mayor, custodio del sello, administrador y encargado
de las finanzas bajo Senaquerib, rey de Asiria; y Asarjaddón le
confirmó en los cargos. Era sobrino mío y de mi propia parentela.
INICIO
Tobias 2
1En el reinado de Asarjaddón pude regresar a mi casa y me fue devuelta
mi mujer Ana y mi hijo Tobias. En nuestra solemnidad de Pentecostés,
que es la santa solemnidad de las Semanas, me habian preparado una
excelente comida y me dispuse a comer.
2Cuando me presentaron la mesa, con numerosos manjares, dije a mi hijo
Tobias: «Hijo, ve a buscar entre nuestros hermanos deportados en Nínive
a algún indigente que se acuerde del Señor y tráelo para que coma con
nosotros. Te esperaré hasta que vuelvas, hijo mío.»
3Fuese, pues, Tobias a buscar a alguno de nuestros hermanos pobres, y
cuando regresó me dijo: «Padre.» Le respondí: «¿Qué hay, hijo?»
Contestó: «Padre, han asesinado a uno de los nuestros; le han
estrangulado y le han arrojado en la plaza del mercado y aún está allí.»
4Me levanté al punto y sin probar la comida, alcé el cadáver de la
plaza y lo dejé en una habitación, en espera de que se pusiera el sol,
para enterrarlo.
5Volví a entrar, me lavé y comí con aflicción
6acordándome de las palabras que el profeta Amós dijo contra
Betel:
Vuestras solemnidades se convertirán en duelo y todas vuestras
canciones en lamento.
7Y lloré. Cuando el sol se puso, cavé una fosa y sepulté el cadáver.
8Mis vecinos se burlaban y decían: «Todavía no ha aprendido. (Pues, en
efecto, ya habian querido matarme por un hecho semejante.) Apenas si
pudo escapar y ya vuelve a sepultar a los muertos.»
9Aquella misma noche, después de bañarme, salí al patio y me recosté
contra la tapia, con el rostro cubierto a causa del calor.
10Ignoraba yo que arriba, en el muro, hubiera gorriones; me cayó
excremento caliente sobre los ojos y me salieron manchas blancas. Fui a
los médicos, para que me curasen; pero cuantos más remedios me
aplicaban, menos veía a causa de las manchas, hasta que me quedé
completamente ciego. Cuatro años estuve sin ver. Todos mis hermanos
estaban afligidos; Ajikar, por su parte, proveyó a mi sustento durante
dos años, hasta que se trasladó a Elimaida.
11En aquellas circunstancias, mi mujer Ana, tuvo que trabajar a sueldo
en labores femeninas; hilaba lana y hacía tejidos
12que entregaba a sus señores, cobrando un sueldo; el siete del mes de
Dystros acabó un tejido y se lo entregó a los dueños, que le dieron
todo su jornal y le añadieron un cabrito para una comida.
13Cuando entró ella en casa, el cabrito empezó a balar; yo, entonces,
llamé a mi mujer y le dije: «¿De dónde ha salido ese cabrito? ¿Es que
ha sido robado? Devuélvelo a sus dueños, porque no podemos comer cosa
robada.»
14Ella me dijo: «Es un regalo que me han añadido a mi sueldo.» Pero yo
no la creí; ordené que lo devolviera a los dueños y me irrité contra
ella por este asunto. Entonces ella me replicó: «¿Dónde están tus
limosnas y tus buenas obras? ¡Ahora se ve todo bien claro!»
INICIO
Tobias 3
1Anegada entonces mi alma de tristeza, suspirando y llorando, comenzé a
orar con gemidos:
2Tú eres justo, Señor, y justas son todas tus obras. Misericordia y
verdad son todos tus caminos. Tú eres el Juez del Universo.
3Y ahora, Señor, acuérdate de mí y mírame. No me condenes por mis
pecados, mis inadvertencias y las de mis padres. Hemos pecado en tu
presencia,
4no hemos escuchado tus mandatos y nos has entregado al saqueo, a la
burla, al comentario y al oprobio de todas las gentes entre las que nos
has dispersado.
5Pero cierto es, Señor, que todas tus sentencias a la verdad responden
cuando me tratas según mis pecados y los de mis padres; porque no hemos
cumplido tus mandatos, y no hemos caminado en la verdad delante de ti.
6Haz conmigo ahora según lo que te plazca y ordena que reciban mi vida
para que yo me disuelva sobre la faz de la tierra, porque más me vale
morir que vivir. Tengo que aguantar injustos reproches y me anega la
tristeza. Manda, Señor, que sea liberado de esta aflicción y déjame
partir al lugar eterno, y no apartes, Señor, tu rostro de mí, pues
prefiero morir a pasar tanta aflicción durante la vida y tener que
seguir oyendo injurias.
7Sucedió aquel mismo día, que también Sarra, hija de Ragüel, el de
Ecbátana de Media, fue injuriada por una de las esclavas de su padre,
8porque habia sido dada en matrimonio a siete hombres, pero el malvado
demonio Asmodeo los habia matado antes de que se unieran a ella como
casados. La esclava le decía: «¡Eres tú la que matas a tus maridos! Ya
has tenido siete, pero ni de uno siquiera has disfrutado.
9¿Nos castigas porque se te mueren los maridos? ¡Vete con ellos y que
nunca veamos hijo ni hija tuyos!»
10Entonces Sarra, con el alma llena de tristeza, se echó a llorar y
subió al aposento de su padre con intención de ahorcarse. Pero,
reflexionando, pensó: «Acaso esto sirva para que injurien a mi padre y
le digan: "Tenías una hija única, amada y se ha ahorcado porque se
sentía desgraciada." No puedo consentir que mi padre, en su ancianidad,
baje con tristeza a la mansión de los muertos. Es mejor que, en vez de
ahorcarme, suplique al Señor que me envíe la muerte para no tener que
oír injurias durante mi vida.»
11Y en aquel momento, extendiendo las manos hacia la ventana, oró así:
Bendito seas tú, Dios de misericordias, y bendito sea tu Nombre por los
siglos, y que todas tus obras te bendigan por siempre.
12Vuelvo ahora mi rostro y alzo mi ojos hacia ti.
13Manda que yo sea librada de la tierra, para no escuchar ultrajes.
14Tú sabes, Señor, que yo estoy pura de todo contacto de varón;
15que no he mancillado mi nombre ni el nombre de mi padre en la tierra
de mi cautividad. Soy la única hija de mi padre; no tiene otros hijos
que le hereden, no tiene junto a sí ningún hermano ni pariente a quien
me deba por mujer. Ya perdí siete maridos: ¿para qué quiero la vida? Si
no te place, Señor, darme la muerte, ¡mírame con compasión! y no tenga
yo que escuchar injurias.
16Fue oída en aquel instante, en la Gloria de Dios, la plegaria de ambos
17y fue enviado Rafael a curar a los dos: a Tobit, para que se le
quitaran las manchas blancas de los ojos y pudiera con sus mismos ojos
ver la luz de Dios; y a Sarra la de Ragüel, para entregarla por mujer a
Tobias, hijo de Tobit, y librarla de Asmodeo, el demonio malvado;
porque Tobias tenía más derechos sobre ella que todos cuantos la
pretendían. En aquel mismo momento se volvía Tobit del patio a la casa,
y Sarra, la de Ragüel, descendía del aposento.
INICIO
Tobias 4
1Aquel día, se acordó Tobit del dinero que habia dejado en depósito a
Gabael, en Ragués de Media,
2y se dijo para sí: «Yo, ya estoy deseando morirme. Así que voy a
llamar a mi hijo Tobias y le voy a hablar de este dinero antes de
morirme.»
3Llamó, pues, Tobit a su hijo, que se presentó ante él. Tobit le dijo:
«Cuando yo muera, me darás una digna sepultura; honra a tu madre y no
le des un disgusto en todos los días de su vida; haz lo que le
agrade y no le causes tristeza por ningún motivo.
4Acuérdate, hijo, de que ella pasó muchos trabajos por ti cuando te
llevaba en su seno. Y cuando ella muera, sepúltata junto a mí, en el
mismo sepulcro.
5«Acuérdate, hijo, del Señor todos los días y no quieras pecar ni
transgredir sus mandamientos; practica la justicia todos los días de tu
vida y no andes por caminos de injusticia,
6pues si te portas según verdad, tendrás éxito en todas tus cosas,
7como todos los que practican la justicia. «Haz limosma con tus bienes;
y al hacerlo, que tu ojo no tenga rencilla. No vuelvas la cara ante
ningún pobre y Dios no apartará de ti su cara.
8Regula tu limosma según la abundancia de tus bienes. Si tienes poco,
da conforme a ese poco, pero nunca temas dar limosna,
9porque así te atesoras una buena reserva para el día de la necesidad.
10Porque la limosna libra de la muerte e impide caer en las tinieblas.
11Don valioso es la limosma para cuantos la practican en presencia del
Altísimo.
12«Guárdate, hijo, de toda impureza y, sobre todo, toma mujer del
linaje de tus padres; no tomes mujer extraña que no pertenezca a la
tribu de tu padre, porque somos descendientes de profetas. Recuerda,
hijo, que desde siempre nuestros padres Noé, Abraham, Isaac y Jacob
tomaron mujeres de entre sus hermanos y fueron bendecidos en sus hijos,
de modo que su estirpe poseerá la tierra en herencia.
13Así pues, hijo, ama a tus hermanos; no tengas con tus hermanos, ni
con los hijos y las hijas de tu pueblo, corazón soberbio, en orden a
tomar para ti mujer de entre ellos; pues la soberbia acarrea la ruina y
prolija inquietud; y la ociosidad, bajeza y extrema penuria; porque la
ociosidad es madre de la indigencia.
14«No retengas el salario de los que trabajan para ti; dáselo al
momento. Si sirves a Dios serás recompensado. Pon cuidado, hijo, en
todas tus acciones y muéstrate educado en toda tu conducta.
15No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. No bebas vino hasta
emborracharte y no hagas de la embriaguez tu compañera de camino.
16«Da de tu pan al hambriento y de tus vestidos al desnudo. Haz limosna
de todo cuanto te sobra; y no tenga rencilla tu ojo cuando hagas
limosna.
17Esparce tu pan sobre la tumba de los justos, pero no lo des a los
pecadores.
18«Busca el consejo de los prudentes y no desprecies ningún aviso
saludable.
19Bendice al Señor Dios en toda circunstancia, pídele que sean rectos
todos tus caminos y que llegen a buen fin todas tus sendas y proyectos.
Pues no todas las gentes tienen consejo; es el Señor quien da todos los
bienes y, cuando quiere, eleva o abata hasta lo profundo del Hades.
Así, pues, hijo, recuerda estos mandamientos y no permitas que se
borren de tu corazón.
20«También quiero decirte que dejé en depósito a Gabael, hijo de Gabrí,
en Ragués de Media, diez talentos de plata.
21No debes preocuparte, hijo, porque seamos pobres. Muchos bienes
posees si temes a Dios, huyes de todo pecado y haces lo que es bueno
ante el Señor tu Dios.»
INICIO
Tobias 5
1Entonces Tobias respondió a su padre Tobit: «Haré cuanto me has
mandado, padre.
2Pero ¿cómo podré recuperar el depósito? Ni él me conoce a mí ni yo a
él. ¿Qué señal debo darle para que me reconozca, me crea y me devuelva
el dinero? Por otra parte, desconozco la ruta que conduce a Media.»
3Tobit, entonces, respondió a su hijo Tobias: «El me dio un recibo y yo
a él otro; lo partí en dos, tomé una parte y dejé la otra con el
dinero. ¡Ya va para veinte años que deposité esta suma! Ahora, hijo,
busca un hombre de confianza que vaya contigo, y le tomaremos a
sueldo hasta tu vuelta, y vete a recuperar esta plata.»
4Salió Tobias a buscar un hombre que conociera la ruta y fuera con él a
Media. En saliendo, encontró a Rafael, el ángel, parado ante él;
pero no sabia que era un ángel de Dios.
5Díjole, pues: «¿De dónde eres, joven?» Le respondió: «De los
israelitas, tus hermanos y ando en busca de trabajo.» Díjole Tobias:
«¿Conoces la ruta de Media?»
6Respondió: «Sí; he estado allá muchas veces y conozco al detalle todos
los caminos. He ido a Media con frecuencia y he sido huésped de
Gabael, nuestro hermano, el que vive en Ragués de Media. Hay dos
jornadas de camino entre Ecbátana y Ragués, pues Ragués está en la
montaña y Ecbátana en el llano.»
7Tobias le dijo: «Espérame, joven, que voy a decírselo a mi padre,
porque necesito que vengas conmigo; y yo te pagaré tu sueldo.»
8El le dijo: «Te espero, pero no tardes.»
9Fuese Tobias a informar a su padre y le dijo: «Ya he encontrado un
hombre, que es israelita, hermano nuestro.» Contestóle Tobit:
«Llámale, para que yo sepa a qué familia y tribu pertenece, y si es
digno de confianza para que te acompañe, hijo.» Salió Tobias, le
llamó y le dijo: «Joven, mi padre te llama.»
10Entró el ángel y Tobit se adelantó a saludarle; el ángel contestó:
«Que disfrutes de mucha alegría.» Replicó Tobit: «¿Qué alegría puedo
disfrutar ya? Estoy ciego y no puedo ver la luz del cielo; yazgo en
tinieblas como los muertos, que no contemplan la luz; vivo como un
muerto; oigo la voz de los hombres, pero no los veo.» Le dijo el ángel:
«Ten confianza, que Dios te curará dentro de poco. Ten confianza.»
Tobit le dijo: «Mi hijo Tobias quiere ir a Media. ¿Puedes ir con él y
servirle de guía? Yo te daría tu salario, hermano.» El respondió:
«Puedo ir con él, pues conozco al detalle todos los caminos y he
viajado a Media con frecuencia; he recorrido todos sus llanos y sus
montes y tengo conocimiento de todas sus rutas.»
11Tobit le dijo: «¿Querrías decirme, hermano, a qué familia y tribu
perteneces?
12Le respondió el ángel: «¿Qué puede importar mi tribu?» Tobit insitió:
«Me gustaría, hermano, saber con seguridad tu tribu y nombre.»
13Respondió el ángel: «Yo soy Azarías, hijo del gran Ananías, uno de
tus hermanos.»
14Le dijo Tobit: «Seas venido sano y salvo, hermano; y no lleves a mal,
hermano, mi deseo de conocer con certeza tu nombre y familia. Resulta
ahora que eres de mi parentela y que perteneces a un linaje bueno y
honrado. He conocido a Ananías y a Natán, los dos hijos del gran
Semeías; ellos iban conmigo a Jerusalén y conmigo adoraban allí, sin
desviarse del buen camino. Tus hermanos son hombres de bien; de buen
linaje procedes. ¡El gozo sea contigo!»
15Y añadió: «Te daré como sueldo una dracma por día, y en lo demás
tendrás el mismo trato que mi hijo.
16Vete con mi hijo y después te añadiré un sobresueldo.»
17Le dijo el ángel: «Partiré con él y no abrigues temor; sanos partimos
y sanos regresaremos a ti, porque la ruta es segura.» Le respondió
Tobit: «Bendito seas, hermano.» Y llamando a su hijo le anunció: «Hijo,
prepara las cosas para el camino y emprende la marcha con tu hermano;
que el Dios que está en los cielos os proteja allí y os devuelva a mí
sanos; y su ángel os acompañe con su protección, hijo.» Tobias se
dispuso a emprender la marcha y besó a su padre y a su madre. Tobit le
dijo: «¡Que tengáis buen viaje!»
18Pero su madre lloraba y dijo a Tobit: «¿Por qué has hecho que se vaya
mi hijo? ¿No era él el bastón de nuestra mano, que siempre va y
viene con nosotros?
19¡Que no sea el dinero lo primero de todo! Que no se convierta en el
precio de nuestro hijo!
20¡Con lo que el Señor nos daba para vivir teníamos bastante!»
21El le dijo: «No pienses tal cosa; sano ha partido nuestro hijo y sano
volverá a nosotros; con tus propios ojos lo verás el día que regrese
sano junto a ti.
22No pienses tal cosa ni te atormentes por ellos, hermana; porque un
ángel bueno le acompañará, le dará un viaje fácil y le devolverá sano.»
INICIO
Tobias 6
1Y ella dejó de llorar.
2Partió el muchacho en compañía del ángel, y el perro les seguía. Yendo
de camino, aconteció que una noche acamparon junto al río Tigris.
3Bajó el muchacho al río a lavarse los pies, cuando saltó del agua un
gran pez que quería devorar el pie del muchacho. Este gritó
4pero el ángel le dijo: «¡Agarra el pez y tenlo bien sujeto!» El
muchacho se apoderó del pez y lo arrastró a tierra.
5El ángel añadió: «Abre el pez, sácale la hiel, el corazón y el hígado
y guárdatelo, y tira los intestinos; porque su hiel, su corazón y su
hígado son remedios útiles.»
6El joven abrió el pez y tomó la hiel, el corazón y el hígado. Asó
parte del pez y lo comió, salando el resto. Luego continuaron su
camino, los dos juntos, hasta cerca de Media.
7Preguntó entonces el muchacho al ángel: «Hermano Azarías, ¿qué
remedios hay en el corazón, el hígado y la hiel del pez?»
8Le respondió: «Si se quema el corazón o el hígado del pez ante un
hombre o una mujer atormentados por un demonio o un espíritu malo, el
humo ahuyenta todo mal y le hace desaparecer para siempre.
9Cuanto a la hiel, untando con ella los ojos de un hombre atacado por
manchas blancas, y soplando sobre las manchas, queda curado.»
10Cuando entraron en Media, y estando ya cerca de Ecbátana,
11dijo Rafael al joven: «Hermano Tobias.» Le respondió: «¿Qué deseas?»
Contestó él: «Pararemos esta noche en casa de Ragüel; es pariente tuyo
y tiene una hija que se llama Sarra;
12fuera de ella no tiene más hijos ni hijas; tú eres el más cercano,
tienes más derechos sobre ella que todos los demás y es justo que
heredes la hacienda de su padre; la muchacha es prudente, valerosa y
muy bella y su padre la ama.»
13Y añadió: «Es justo que la tomes para ti. Escúchame, hermano. Yo
hablaré esta noche al padre acerca de la muchacha para que te la
conceda como prometida, y a nuestro regreso de Ragués celebraremos la
boda. Estoy seguro de que Ragüel no puede negártela, ni dársela a otro,
pues se haría reo de muerte, según la sentencia del libro de Moisés,
pues él sabe que te asiste el derecho a tomar a su hija por mujer. Así
pues, óyeme bien, hermano; hablaremos esta noche sobre la muchacha y
que la den como prometida; y cuando volvamos de Ragués, la tomaremos y
la llevaremos con nosotros a tu casa.»
14Tobias respondió a Rafael: «Hermano Azarías, he oído decir que ya ha
sido dada a siete maridos y que todos han muerto la noche de bodas; que
cuando entraban donde ella, morían; también he oído decir que un
demonio los mataba;
15así que tengo miedo, pues a ella no le hace ningún daño, porque la
ama; pero al que intenta acercarse a ella, le mata; yo soy hijo único,
y si muero, haré bajar en tristeza al sepulcro, por mi causa, la vida
de mi padre y de mi madre. Ellos no tienen otro hijo que les dé
sepultura.»
16Respondió el ángel: «¿Has olvidado las recomendaciones de tu padre,
que te mandó tomar mujer de la casa de tu padre? Escúchame bien,
hermano: no tengas miedo a ese demonio y tómala; sé bien que esta noche
te la darán por mujer.
17Cuando entres en la cámara nupcial, tomas el corazón del pez y parte
del hígado y lo pones sobre las brasas de los perfumes. Se difundirá el
aroma y cuando el demonio lo huela, huirá y nunca aparecerá ya a su
lado.
18Y cuando vayas a unirte a ella, levantaos primero los dos y haced
oración y suplicad al Señor del Cielo que se apiade de vosotros y os
salve. Y no tengas miedo, porque para ti está destinada desde el
principio; tú la salvarás; ella se vendrá contigo y te aseguro que te
dará hijos que serán para ti como hermanos. No te preocupes.»
19Cuando Tobias oyó las razones de Rafael y que era hermana suya, del
linaje de la casa de su padre, se enamoró de tal modo que se le apegó
el corazón a ella.
INICIO
Tobias 7
1Cuando entraron en Ecbátana dijo Tobias: «Hermano Azarías, guíame en
derechura a casa de Ragüel, nuestro hermano.» Le condujo, pues a casa
de Ragüel y le encontraron sentado a la puerta del patio. Le saludaron
ellos primero y él les contestó: «Mucha dicha os deseo, hermanos, y en
buena salud vengáis.» Los llevó a su casa
2y dijo a su mujer Edna: «¡Cómo se parece este muchacho a mi hermano
Tobit!»
3Edna les preguntó: «¿De dónde sois, hermanos?» Respondieron: «Somos de
los hijos de Neftalí, de los deportados de Nínive.»
4Les dijo: «¿Conocéis a Tobit, nuestro hermano?» Ellos contestaron:
«Sí, le conocemos.» - «¿Está bien?» -
5«Vive y está bien.» Y Tobias añadió: «Es mi padre.»
6Ragüel se puso en pie de un salto, le besó, lloró y le dijo: «¡Bendito
seas, hijo! Tienes un padre honrado y bueno. ¡Qué gran desgracia,
haberse quedado ciego un hombre tan justo y tan limosnero!» Y echándose
al cuello de su hermano Tobias, rompió a llorar.
7También lloró su mujer Edna y su hija Sarra.
8Mató luego un carnero del rebaño y los acogió con toda cordialidad.
9Después de lavarse y bañarse, se pusieron a comer. Tobias dijo
entonces a Rafael: «Hermano Azarías, di a Ragüel que me dé por mujer a
mi hermana Sarra.»
10Al oír Ragüel estas palabras dijo al joven: «Come, bebe y disfruta
esta noche, porque ningún hombre hay, fuera de ti, que tenga derecho a
tomar a mi hija Sarra, de modo que ni yo mismo estoy facultado para
darla a otro, si no es a ti, que eres mi pariente más próximo. Pero voy
a hablarte con franqueza, muchacho.
11Ya la he dado a siete maridos, de nuestros hermanos, y todos murieron
la misma noche que entraron donde ella. Así que, muchacho, ahora come y
bebe y el Señor os dará su gracia y su paz.» Pero Tobias replicó: «No
comeré ni beberé hasta que no hayas tomado una decisión acerca de lo
que te he pedido.» Ragüel le dijo: «¡Está bien! A ti se te debe dar,
según la sentencia del libro de Moisés, y el Cielo decreta que te sea
dada. Recibe a tu hermana. A partir de ahora, tú eres su hermano y ella
es tu hermana. Tuya es desde hoy por siempre. Que el Señor del Cielo os
guíe a buen fin esta noche, hijo, y os dé su gracia y su paz.»
12Llamó Ragüel a su hija Sarra, y cuando ella se presentó, la tomó de
la mano y se la entregó a Tobias, diciendo: «Recíbela, pues se te da
por mujer, según la ley y la sentencia escrita en el libro de Moisés.
Tómala y llévala con bien a la casa de tu padre. Y que el Dios del
Cielo os guíe en paz por el buen camino.»
13Llamó luego a la madre, mandó traer una hoja de papiro y escribió el
contrato matrimonial, con lo cual se la entregó por mujer, conforme a
la sentencia de la ley de Moisés.
14Y acabado esto, empezaron a comer y beber.
15Ragüel llamó a su mujer Edna y le dijo: «Hermana, prepara la otra
habitación y lleva allí a Sarra.»
16Ella fue y preparó un lecho en la habitación, tal como se lo habia
ordenado, y llevó allí a Sarra. Lloró ella y luego, secándose las
lágrimas, le dijo: «Ten confianza, hija: que el Señor del Cielo te dé
alegría en vez de esta tristeza. Ten confianza, hija.» Y salió.
INICIO
Tobias 8
1Cuando acabaron de comer y beber, decidieron acostarse, y tomando al
joven le llevaron al aposento.
2Recordó Tobias las palabras de Rafael y, tomando el hígado y el
corazón del pez de la bolsa donde los tenía, los puso sobre las brasas
de los perfumes.
3El olor del pez expulsó al demonio que escapó por los aires hacia la
región de Egipto. Fuese Rafael a su alcance, le ató de pies y manos y
en un instante le encadenó.
4Los padres salieron y cerraron la puerta de la habitación. Entonces
Tobias se levantó del lecho y le dijo: «Levántate, hermana, y oremos y
pidamos a nuestro Señor que se apiade de nosotros y nos salve.»
5Ella se levantó y empezaron a suplicar y a pedir el poder quedar a
salvo. Comenzó él diciendo: ¡Bendito seas tú, Dios de nuestros padres,
y bendito sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos! Bendígante
los cielos, y tu creación entera, por los siglos todos.
6Tú creaste a Adán, y para él creaste a Eva, su mujer, para sostén y
ayuda, y para que de ambos proviniera la raza de los hombres.Tú mismo
dijiste: No es bueno que el hombre se halle solo; hagámosle una
ayuda
semejante a él.
7Yo no tomo a esta mi hermana con deseo impuro, mas con recta
intención. Ten piedad de mí y de ella y podamos llegar juntos a nuestra
ancianidad.
8Y dijeron a coro: «Amén, amén.»
9Y se acostaron para pasar la noche. Se levantó Ragüel y, llamando a
los criados que tenía en casa, fueron a cavar una tumba,
10porque se decía: «No sea que haya muerto y nos sirva de mofa y
escarnio.»
11Cuando tuvieron cavada la tumba, volvió Ragüel a casa, llamó a su
mujer
12y le dijo: «Manda a una criada que entre a ver si vive; y si ha
muerto, le enterraremos sin que nadie se entere.»
13Mandaron a la criada, encendieron la lámpara y abrieron la puerta; y
entrando ella vio que estaban acostados juntos y dormidos.
14Salió la criada y les anunció: «Vive, nada malo ha ocurrido.»
15Ragüel bendijo al Dios del Cielo, diciendo: ¡Bendito seas, oh Dios,
con toda pura bendición y seas bendecido por los siglos todos!
16Seas bendecido por haberme alegrado y no haber ocurrido el mal que
temía, sino que has hecho con nosotros según tu gran piedad.
17Seas bendecido por tener compasión de dos hijos únicos. Ten, Señor,
piedad de ellos y dales tu salvación, y haz que su vida transcurra en
alegría y piedad.
18Después ordenó a sus criados que rellenasen la fosa antes que
amaneciera.
19Mandó a su mujer cocer una gran hornada; y él fue al establo, tomó
dos bueyes y cuatro carneros y ordenó que los aderezaran. Y comenzaron
los preparativos.
20Hizo llamar a Tobias y le dijo: «Durante catorce días no te moverás
de aquí; te quedarás conmigo comiendo y bebiendo y llenarás de gozo el
corazón de mi hija por sus tristezas pasadas.
21Luego, tomarás la mitad de todo cuanto aquí poseo y te volverás con
felicidad a casa de tu padre. Cuando mi mujer y yo hayamos muerto,
también será para vosotros la otra mitad. Ten confianza, hijo; yo soy
tu padre y Edna tu madre; junto a ti estaremos y junto a tu hermana
desde ahora en adelante. Ten confianza, hijo.»
INICIO
Tobias 9
1Entonces Tobias llamó a Rafael y le dijo:
2«Hermano Azarías, toma contigo cuatro criados y dos camellos y vete a
Ragués.
3Dirígete a Gabael, dale el recibo y hazte cargo del dinero; invítale
también a que se venga contigo a la boda.
4Tú sabes que mi padre lleva cuenta de los días, y uno solo que demore,
le doy un gran disgusto;
5ya ves que Ragüel me ha conjurado, y que no puedo desatender su
deseo.» Rafael se puso en camino para Ragués de Media con los cuatro
criados y los dos camellos y fueron a pernoctar en casa de Gabael. Le
presentó el recibo y le dio la noticia de que Tobias, hijo de Tobit, se
habia casado y le invitaba a la boda. Gabael se levantó, le entregó
todos los sacos de dinero, con los sellos intactos, y los cargaron
sobre los camellos.
6Levantándose de madrugada, partieron juntos para la boda y llegados a
casa de Ragüel encontraron a Tobias puesto a la mesa. Y como se
levantara a toda prisa para saludarle, Gabael rompió a llorar y le
bendijo diciendo: «¡Hombre bueno y honrado, hijo de un hombre honrado y
bueno, justo y limosnero! Que el Señor te conceda las bendiciones del
cielo a ti, a tu mujer, al padre y a la madre de tu mujer. ¡Bendito sea
Dios, que me ha permitido ver un vivo retrato de mi primo Tobit!»
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Tobias 10
1Tobit, mientras tanto, llevaba cuenta, uno por uno, de los días de ida
y vuelta. Cuando se cumplió el plazo sin que el hijo hubiera regresado,
2pensó: «¿Habrá algo que le retenga allí? ¡Acaso haya muerto Gabael y
no haya nadie que le entregue el dinero!»
3Y empezó a ponerse triste.
4Ana, su mujer, decía: «Mi hijo ha muerto y ya no se cuenta entre los
vivos.» Y rompió a llorar y a lamentarse por su hijo, diciendo:
5«¡Ay de mí, hijo mío! ¡Que te dejé marchar a ti, luz de mis ojos!»
6Tobit le dijo: «Calla, hermana, no pienses eso. El está bien. Habrán
tenido algún contratiempo allí, pero su compañero es hombre de fiar y
uno de los nuestros; no te inquietes por él, que debe estar cerca.»
7Ella le replicó: «Déjame, no intentes engañarme. Mi hijo ha muerto.» Y
todos los días se iba a mirar el camino por donde su hijo habia
marchado. No creía a nadie. Y cuando se ponía el sol, entraba en casa y
pasaba las noches gimiendo y llorando, sin poder dormir.
8Cuando se pasaron los catorce días con que Ragüel habia determinado
celebrar la boda de su hija, se dirigió a él Tobias y le dijo: «Déjame
regresar, porque estoy seguro que mi padre y mi madre están pensando
que ya no van a volver a verme. Así que te ruego, padre, que me
permitas regresar al lado de mi padre. Ya te dije en qué
situación le he dejado.»
9Ragüel respondió a Tobias: «Quédate, hijo; quédate commigo y yo
enviaré mensajeros a tu padre Tobit para que le den noticias tuyas.»
Pero Tobias replicó: «No. Te ruego que me permitas volver al lado de mi
padre.»
10Entonces Ragüel se levantó y entregó a Tobias su mujer Sarra y la
mitad de todos sus bienes, criados, criadas, bueyes y carneros, asnos y
camellos, vestidos, plata y utensilios,
11y les dejó partir gozosos. Al despedirse de Tobias le dijo: «¡Salud,
hijo, y buen viaje! El Señor del Cielo os guíe a vosotros y a tu mujer
Sarra por buen camino y que pueda yo ver vuestros hijos antes de morir.»
12A su hija Sarra le dijo: «Vas al lado de tu suegro, pues desde ahora
ellos son padres tuyos igual que los que te han engendrado. Vete en
paz, hija. Que tenga buenas noticias de ti, mientras yo viva.» Y
saludándoles, se despidió de ellos.
13Edna dijo a Tobias: «Hijo y hermano queridísimo: Que el Señor te
devuelva y que yo viva hasta ver tus hijos y de mi hija Sarra antes de
morir. En presencia del Señor te entrego a mi hija en custodia; no le
causes tristeza en todos los días de tu vida. Vete en paz, hijo. A
partir de ahora, yo soy tu madre y Sarra es tu hermana. ¡Ojalá
pudiéramos vivir juntos todos los días de nuestra vida!» Y besando a
los dos, los dejó partir llenos de gozo.
14Tobias salió de casa de Ragüel contento y gozoso, y bendiciendo al
Señor del Cielo y de la tierra, rey de todas las cosas, porque habia
llevado a buen término su viaje. Bendijo a Ragüel y a su mujer Edna y
les dijo: «Que pueda yo honraros todos los días de mi vida.»
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Tobias 11
1Cuando llegaron cerca de Kaserín, que está frente a Nínive,
2dijo Rafael: «Tú sabes bien en qué situación dejamos a tu padre;
3vamos a adelantarnos nosotros a tu mujer para preparar la casa,
mientras llegan los demás.»
4Prosiguieron, pues, los dos juntos; el ángel le dijo: «Toma contigo la
hiel.» El perro seguía detrás de ellos.
5Estaba Ana sentada, con la mirada fija en el camino de su hijo.
6Tuvo la corazonada de que él venía y dijo al padre: «Mira, ya viene tu
hijo y el hombre que le acompañaba.»
7Rafael iba diciendo a Tobias, mientras se acercaban al padre: «Tengo
por seguro que se abrirán los ojos de tu padre.
8Untale los ojos con la hiel del pez, y el remedio hará que las manchas
blancas se contraigan y se le caerán como escamos de los ojos. Y así tu
padre podrá mirar y ver la luz.»
9Corrió Ana y se echó al cuello de su hijo, diciendo: «¡Ya te he visto,
hijo! ¡Ya puedo morir!» Y rompió a llorar.
10Tobit se levantó y trompicando salió a la puerta del patio.
11Corrió hacia él Tobias, llevando en la mano la hiel del pez; le sopló
en los ojos y abrazándole estrechamente le dijo: «¡Ten confianza,
padre!» Y le aplicó el remedio y esperó;
12y luego, con ambas manos le quitó las escamas de la comisura de los
ojos.
13Entonces él se arrojó a su cuello, lloró y le dijo: «¡Ahora te veo,
hijo, luz de mis ojos!»
14Y añadió: ¡Bendito sea Dios! ¡Bendito su gran Nombre! ¡Bendito todos
sus santos ángeles! ¡Bendito su gran Nombre por todos los siglos!
15Porque me habia azotado, pero me tiene piedad y ahora veo a mi hijo
Tobias. Tobias entró en casa lleno de gozo y bendiciendo a
Dios con toda su voz; luego contó a su padre el
éxito de su viaje, cómo traía el dinero y cómo se
habia casado con Sarra, la hija de Ragüel, y que
venía ella con él y estaba ya a las puertas de Nínive.
16Tobit salió al encuentro de su nuera hasta las puertas de Nínive,
bendiciendo a Dios, lleno de gozo. Cuando los de Nínive le vieron
caminar, avanzando con su antigua firmeza, sin necesidad de lazarillo,
se maravillaron. Tobit proclamó delante de ellos que Dios se habia
compadecido de él y le habia abierto los ojos.
17Se acercó Tobit a Sarra, la mujer de su hijo, y la bendijo diciendo:
«¡Bienvenida seas, hija! Y bendito sea tu Dios, hija, que te ha traído
hasta nosotros. Bendito sea tu padre, y bendito Tobias, mi hijo, y
bendita tú misma, hija. Bienvenida seas, entra en tu casa con gozo y
bendición.»
18Todos los judíos de Nínive celebraron fiesta aquel día.
19También Ajikar y Nabad, primos de Tobit, vinieron a congratularle.
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Tobias 12
1Acabados los días de la boda, llamó Tobit a su hijo Tobias y le dijo:
«Hijo, ya es tiempo de pagar el salario al hombre que te acompañó. Y le
añadirás un sobresueldo.»
2Respondió Tobias: «Padre, ¿qué salario puedo darle? Aun entregándole
la mitad de la hacienda que traje conmigo, no salgo perdiendo.
3Me ha guiado incólume, ha cuidado de mi mujer, me ha traído el dinero
y te ha curado a ti. ¿Qué salario voy a darle?»
4Díjole Tobit: «Hijo, bien merece que tome la mitad de cuanto trajo.»
5Le llamó, pues, Tobias y le dijo: «Toma como salario la mitad de todo
cuanto trajiste y vete en paz.»
6Entonces Rafael llevó aparte a los dos y les dijo: «Bendecid a Dios y
proclamad ante todos los vivientes los bienes que os ha concedido, para
bendecir y cantar su Nombre. Manifestad a todos los hombres las
acciones de Dios, dignas de honra, y no seáis remisos en confesarle.
7Bueno es mantener oculto el secreto del rey y también es bueno
proclamar y publicar las obras gloriosas de Dios. Practicad el bien y
no tropezaréis con el mal.
8«Buena es la oración con ayuno; y mejor es la limosna con justicia que
la riqueza con iniquidad. Mejor es hacer limosna que atesorar oro.
9La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los
limosneros tendrán larga vida.
10 Los pecadores e inicuos son enemigos de su propia vida.
11 «Os voy a decir toda la verdad, sin ocultaros nada. Ya os he
manifestado que es bueno mantener oculto el secreto del rey y que
también es bueno publicar las obras gloriosas de Dios.
12 Cuando tú y Sarra hacíais oración, era yo el que presentaba y leía
ante la Gloria del Señor el memorial de vuestras peticiones. Y lo mismo
hacía cuando enterrabas a los muertos.
13 Cuando te levantabas de la mesa sin tardanza, dejando la comida,
para esconder un cadáver, era yo enviado para someterte a prueba.
14 También ahora me ha enviado Dios para curarte a ti y a tú nuera
Sarra.
15 Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes
y tienen entrada a la Gloria del Señor».
16 Se turbaron ambos y cayeron sobre sus rostros, llenos de terror.
17 El les dijo: «No temáis. La paz sea con vosotros. Bendecid a Dios
por siempre.
18 Si he estado con vosotros no ha sido por pura benevolencia mía hacia
vosotros, sino por voluntad de Dios. A él debéis bendecir todos los
días, a él debéis cantar.
19 Os ha parecido que yo comía, pero sólo era apariencia.
20 Y ahora bendecid al Señor sobre la tierra y confesad a Dios. Mirad,
yo subo al que me ha enviado. Poned por escrito todo cuanto os ha
sucedido.» Y se elevó.
21 Ellos se levantaron pero ya no le vieron más. Alabaron a Dios y
entonaron himnos, dándole gracias por aquella gran maravilla de
habérseles aparecido un ángel de Dios.
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Tobias 13
1Y dijo: ¡Bendito sea Dios, que vive eternamente, y bendito sea su
reinado!
2Porque él es quien castiga y tiene compasión; el que hace descender
hasta el más profundo Hades de la tierra y el que
hace subir de la gran Perdición, sin que haya nada que escape de su
mano.
3Confesadle, hijos de Israel, ante todas las gentes, porque él os
dispersó entre ellas
4y aquí os ha mostrado su grandeza. Exaltadle ante todos los vivientes,
porque él es nuestro Dios y Señor, nuestro Padre por todos los siglos.
5Os ha castigado por vuestras injusticias, mas tiene compasión de todos
vosotros y os juntará de nuevo de entre todas las gentes en que os ha
dispersado.
6Si os volvéis a él de todo corazón y con toda el alma, para obrar en
verdad en su presencia, se volverá a vosotros sin esconder su faz.
Mirad lo que ha hecho con vosotros y confesadle en alta voz. Bendecid
al Señor de justicia y exaltad al Rey de los siglos. Yo le confieso en
el país del destiero, y publico su fuerza y su grandeza a gentes
pecadoras. ¡Volved, pecadores! Practicad la justica en su presencia.
¡Quién sabe si os amará y os tendrá misericordia!
7Yo exalto a mi Dios y mi alma se alegra en el Rey del Cielo. Su
grandeza
8sea de todos celebrada y confiésenle todos en Jerusalén.
9¡Jerusalén, ciudad santa! Dios te castigó por las obras de tus hijos,
mas tendrá otra vez piedad de los hijos de los justos.
10 Confiesa al Señor cumplidamente y alaba al Rey de los siglos para
que de nuevo levante en ti, con regocijo, su Tienda, y llene en ti de
gozo a todos los cautivos y muestre en ti su amor a todo miserable por
todos los siglos de los siglos.
11 Brillará luz de lámparas por todos los confines de la tierra.
Vendrán a ti de lejos pueblos numerosos, y los habitantes del confín
del mundo, al Nombre del Señor, tu Dios, llevando en sus manos los
obsequios para el Rey del Cielo. Todas las generaciones darán en ti
señales de alegría, y el Nombre del Elegido durará por siempre.
12 ¡Malditos cuantos digan palabras crueles! ¡Malditos sean cuantos te
destruyan! ¡Cuantos derriben tus muros echen tus torres por tierra y
pasen a fuego tus moradas! ¡Mas sean benditos por siempre los que te
construyan!
13 Entonces exultarás, te alegrarás por los hijos de los justos, pues
serán reunidos todos y bendecirán al Señor de los siglos.
14 ¡Dichosos los que te amen! ¡Dichosos los que se alegren en tu paz!
¡Dichosos cuantos hombres tuvieron tristeza en todos tus castigos, pues
se alegrarán en ti y verán por siempre toda tu alegría!
15 Bendice, alma mía, al Señor y gran Rey,
16 que Jerusalén va a ser reconstruida y en la ciudad su Casa para
siempre. Seré feliz si alguno quedare de mi raza para ver tu Gloria y
confesar al Rey del Cielo. Las puertas de Jerusalén serán rehechas con
zafiros y esmeraldas, y de piedras preciosas sus murallas. Las torres
de Jerusalén serán alzadas con oro, y con oro puro sus defensas.
17 Las plazas de Jerusalén serán soladas con rubí y piedra de Ofir; las
puertas de Jerusalén entonarán cantos de alegría y todas sus casas
cantarán: ¡Aleluya! ¡Bendito sea el Dios de Israel! Y los benditos
bendecirán el Santo Nombre por todos los siglos de los siglos.
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Tobias 14
1Aquí acabaron las palabras de acción de gracias de Tobit. Tobit murió
en paz a la edad de 112 años y recibió honrosa sepultura en Nínive.
2Tenía 62 años cuando perdió la vista; y después de recuperarla, vivió
feliz, practicando la limosna, bendiciendo siempre a Dios y proclamando
sus grandezas.
3Cercana ya su muerte, llamó a su hijo Tobias y le recomendó: «Hijo
mío, toma tus hijos
4y vete a Media, porque yo creo en la profecía que pronunció Dios por
Nahúm sobre Nínive. Todo cuanto los profetas de Israel, enviados por
Dios, anunciaron sobre Asur y Nínive, todo vendrá y se realizará. Todo
tendrá cumplimiento. No se rebajará ni una sola de sus palabras. Todo
llegará a su tiempo. Habrá más seguridad en Media que en Asiria y
Babilonia, porque sé y creo que cuanto ha dicho Dios se cumplirá,
sucederá y no fallará ni una de sus palabras. «Todos nuestros hermanos
que habitan en la tierra de Israel serán numerados y deportados de
aquella tierra venturosa. Todo el país de Israel quedará desierto. Un
desierto serán Jerusalén y Samaría. La Casa de Dios quedará
desolada y quemada durante algún tiempo.
5Pero Dios tendrá una vez más compasión de ellos y los volverá a la
tierra de Israel; construirán de nuevo la Casa, aunque no como la
primera, hasta que se cumplan los tiempos; entonces volverán todos del
destierro, edificarán una Jerusalén maravillosa y construirán en ella
la Casa de Dios, como lo anunciaron los profetas de Israel.
6Todas las naciones del universo se volverán a Dios en verdad y le
temerán; abandonarán los ídolos que los extraviaron en la mentira de
sus errores
7y bendecirán al Dios de los siglos en justicia. Todos los israelitas
salvados aquellos días se acordarán de Dios en verdad, se reunirán e
irán a Jerusalén y les será dada la tierra de Abraham, que ellos
habitarán por siempre y en seguridad. Y los que aman a Dios en verdad
se alegrarán. Pero los que cometen pecados e injusticias desaparecerán
de toda la tierra.
8«Ahora, pues, hijos, yo os recomiendo que sirváis a Dios en verdad y
hagáis lo que es agradable en su presencia. Mandad a vuestros hijos que
practiquen la justicia y la limosna, que se acuerden de Dios y bendigan
su Nombre en todo tiempo, en verdad y con todas sus fuerzas.
9«Tú, hijo, sal de Nínive. No te quedes aquí.
10El día que sepultes a tu madre junto a mí, ya ese mismo día, no te
quedes en este territorio, porque he visto que se cometen aquí muchas
injusticias y muchos engaños, sin rebozo. Mira, hijo lo que hizo Nadab
con Ajikar, que le habia criado. ¿No le hizo bajar vivo a la tierra?
Pero Dios le cubrió de infamia ante su misma víctima. Sacó a Ajikar a
la luz y metió a Nadab en las tinieblas eternas, por haber tramado la
muerte de Ajikar. Por haber practicado la limosna se libró Ajikar de la
trampa mortal que le habia tendido Nadab. Fue Nadab quien cayó en la
trampa de muerte para su perdición.
11Ved, pues, hijos, a dónde lleva la lismona y a dónde la injusticia: a
la muerte. Pero me falta el aliento.» Le tendieron en el lecho y
expiró, y se le dio honrosa sepultura.
12Cuando murió su madre, Tobias la sepultó al lado de su padre, y se
marchó con su mujer y sus hijos a Media, quedándose a vivir en
Ecbátana, junto a su suegro Ragüel.
13Los rodeó de atenciones en su ancianidad y los sepultó en Ecbátana de
Media, heredando él la casa de Ragüel y la de Tobit, su padre.
14Murió, honrado, a la edad de 117 años.
15Antes de morir presenció y oyó la ruina de Nínive y vio cómo los
ninivitas eran llevados cautivos a Media, cuando la deportación de
Ciajares, rey de Media. Y bendijo a Dios por todo cuanto habia hecho a
los ninivitas y asirios. Antes de morir pudo alegrarse por la suerte de
Nínive y bendijo al Señor Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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