La adoración al Santísimo
es común en la Iglesia desde sus primeros inicios
Es
una
manera de compartir
el amor que los hombres tenemos a Dios, y percibir el amor que Dios
tiene a los
hombres. En la adoración al Santísimo Sacramento, estamos en la
presencia real,
viva, activa, de Cristo. ¡Qué maravilla! ¿Te puedes poner a pensar en
lo que
significa tener un encuentro exclusivo con el que sostiene toda la
Creación,
con el que nos ha llamado a la vida, con el que sigue empeñado en
llevarnos al
Cielo junto a Sí?
Los inicios previos
a la adoración al Santísimo Sacramento
En
los
primeros tiempos
del catolicismo, se conservaba la Eucaristía de manera privada, para
entregar a
los enfermos, presos y ausentes. Esto ocurría, como decimos, de manera
privada,
debido a la persecución que sufrían los cristianos.
Sería
en
el año 400 d.C.
cuando las constituciones apostólicas indicarían que, luego de la
comunión, se
reservaran en lo que hoy vendrían a ser los Sagrarios. En el siglo VI,
con el
Sínodo de Verdún, comenzarían a conservarse en un lugar más eminente y
junto a
una lámpara permanentemente encendida, como ocurre hoy día para
señalarnos la
presencia del Señor en el Sagrario.
El
título
de este apartado
habla de «inicios previos a la adoración», porque en los primeros
momentos la
reserva de las especies sagradas respondía al fin de la comunión... aún
no al
culto de la presencia de Cristo en la Eucaristía.
En
el s. IX comienza
la adoración fuera de la misa y avanza la devoción a la Eucaristía. Y
fue con
el Papa Urbano IV (1264) que comenzó a honrarse al Santísimo Sacramento
en la
celebración del Corpus Christi .
Finalmente,
la adoración
al Santísimo más similar a lo que conocemos hoy día tuvo lugar desde el
siglo
XVII.
¿Por qué es
importante la adoración al Santísimo?
La
adoración al Santísimo
es importante para los católicos porque es una forma de acercarse a
Dios y
tener una experiencia personal con Jesús en el Santísimo Sacramento.
¡Cuántos
milagros han
ocurrido a tantas almas que se presentan con sencillez a adorar al Amor
de los
amores! Él está deseoso de cambiar nuestras vidas, ansía con ilusión
que nos
acerquemos a compartir un rato de intimidad con Él.
Además,
la adoración al
Santísimo es una forma de ofrecer reparación por los pecados cometidos
contra
la Eucaristía. También es una oportunidad para pedir ayuda y
orientación en
momentos de necesidad.
Qué hacer durante la
adoración
Durante
la adoración al
Santísimo, hay muchas cosas que se pueden hacer para profundizar en la
oración
y la contemplación. En primer lugar, por supuesto, está la oración.
Simplemente, un diálogo sincero y sencillo donde hablar a Él de
nuestras cosas
y escuchar lo que nos va sugiriendo.
Es
un
buen momento para
rezar el rosario, leer la Biblia, meditar, cantar himnos, etc. También
está la
oración de contemplación: «Yo le miro y Él me mira»; simplemente
sentarse en
silencio y contemplar la presencia de Dios en el Santísimo Sacramento.
También
es común recibir
la bendición del Santísimo Sacramento, recibiendo sus gracias, su
protección.
Indulgencias que
podemos ganar
La
adoración al Santísimo
también se asocia con indulgencias. Una indulgencia es la remisión
total o
parcial de los castigos temporales del pecado.
Al hacer la adoración al
Santísimo, los fieles pueden recibir indulgencias plenarias o
parciales. Para
recibir la indulgencia plenaria, los fieles deben cumplir con ciertas
condiciones, como la confesión sacramental, la comunión eucarística y
la
oración por las intenciones del Papa.
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